¿Nos olvidamos de las exenciones?

Consejo Fiscal Autónomo afirma que existe espacio para implementar medidas adicionales ante la crisis sanitaria


SEÑOR DIRECTOR

La búsqueda por una mayor recaudación fiscal es un objetivo compartido por muchos. Este requisito -necesario, mas no suficiente-, nos podría acercar cada vez más a alcanzar un Estado más efectivo al momento de reducir la desigualdad -sobre todo considerando los desafíos evidenciados por la crisis del 18-O y la pandemia. En este esfuerzo, es claro que eliminar la serie de exenciones que no encuentran justificación en los criterios de justicia y eficiencia, y reducir con ello nuestro gran gasto tributario, es la dirección en la que debiésemos avanzar.

Estos privilegios no solo significan una menor capacidad redistributiva del Estado, sino que también muchos benefician desproporcionadamente a contribuyentes de altos ingresos, permitiéndoles pagar tasas de impuesto menores a la que dicta la regla general. Ciertamente, es una de las razones de por qué, pese a que la tasa de carátula de nuestros principales impuestos no sea tan distinta al promedio del mundo desarrollado, nuestra recaudación sea tanto menor.

Lamentablemente, la discusión política ha permanecido enfrascada en propuestas altamente ideologizadas y que la experiencia internacional ha demostrado inefectivas. Frente a este escenario, no debemos olvidar nuestras prioridades y, antes de aumentar la carga de aquellos que ya pagan sus impuestos, preocupémonos de cobrar al resto lo que corresponde, lo que traería una recaudación de órdenes de magnitud superior al inexplicablemente aclamado “impuesto a los súper ricos”.

Francisca Dussaillant

Economista e investigadora asociada de Horizontal

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