Nuevo sistema de admisión escolar

Colegio alumnos
Imagen referencial


El propósito fundamental del nuevo sistema de admisión escolar es eliminar las múltiples discriminaciones que estudiantes y familias experimentan masivamente al momento de buscar y solicitar matrícula en establecimientos educacionales. Al ser un sistema único, online, regulado por el Estado y que utiliza el azar para asignar los cupos cuando hay exceso de demanda, se disminuyen sensiblemente las posibilidades de que las autoridades de los establecimientos discriminen arbitrariamente a postulantes que consideran menos deseables de aceptar. Sin embargo, los problemas no se acaban con el nuevo sistema y éste crea otros, importantes de atender para su buen funcionamiento, especialmente en ciudades de gran tamaño como Santiago (en donde comenzará a aplicarse en 2019).

El nuevo sistema es muy complejo de entender y usar, y requiere por tanto procesos largos e intensos de información y capacitación, especialmente a las familias. Esto es mucho más que simplemente enseñar que "ahora se postula por internet". Para que el propósito igualador del nuevo sistema se cumpla es imprescindible que cada familia conozca la lógica con que opera y realice una postulación informada y racional, ajustada a lo que realmente desea para sus hijas e hijos. Pero las familias varían en su capacidad para comprender el sistema y usarlo a su favor, y también en su disposición para "vitrinear" escuelas y ser el "apoderado activo" que se necesita. Al potenciar enormemente la elección de escuela, el nuevo sistema de admisión depende de las familias para funcionar con justicia y eficiencia.

Por cierto, existen otros desafíos asociados a la admisión escolar que apuntan a limitaciones del propio sistema educacional. Muchos alumnos continúan siendo excluidos de escuelas subvencionadas que exigen un copago, lo que tardará demasiados años en acabarse. Existen enormes diferencias de calidad entre las escuelas y en amplios territorios las opciones disponibles son deficientes, lo cual exacerba la angustia familiar y tensiona al sistema al haber grandes desbalances entre sobre e infrademanda. Dada la enorme segregación escolar, la mayoría de las escuelas no sabe cómo educar en ambientes diversos y muchas preferirían derechamente no trabajar con estudiantes desafiantes de enseñar. Lo que estos ejemplos muestran es que el nuevo sistema de admisión también sirve para desnudar falencias importantes de la educación chilena, que demandan otras políticas destinadas a mejorar la sustancia de la educación que se da a cada estudiante, independiente de la elección que hayan hecho sus familias. Después de todo, en eso consiste tener derecho a la educación.

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