Objeción de conciencia



SEÑOR DIRECTOR

El académico Luca Valera, en su carta de ayer, aboga por sustituir la terminología empleada por el proyecto de ley que autorizaría la eutanasia en Chile en materia de objeción de conciencia, calificándola de objeción profesional por tratarse de una práctica, en su visión, por completo ajena a la medicina.

Su propuesta descansa sobre una concepción monolítica de la medicina, que asume que existe un consenso al interior de dicha profesión respecto a un único rol experto esperable ante la petición de sus pacientes de ayudarles a poner término a sus vidas: la no colaboración. Sin embargo, desde hace años que es posible encontrar visiones opuestas al interior de dicha profesión, manifestadas en revistas académicas sobre ética médica, impulsadas en parte por un cambio de paradigma abandonando un cierto paternalismo experto hacia una mayor consideración por la autonomía de sus pacientes.

Por lo tanto, hablar de objeción de conciencia en vez de objeción profesional resulta más respetuoso del pluralismo existente al interior de la medicina, tanto para quienes objetan por convicciones morales y profesionales como para quienes no lo hagan.

Pablo Fuenzalida Cifuentes

Investigador CEP

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.