SEÑOR DIRECTOR
La semana pasada, el académico Ivo Gasic escribió sobre los posibles límites del nuevo banco integrado de suelo público que el gobierno dio a conocer, con la posibilidad de iniciar la construcción inmediata de 10 mil unidades de viviendas sociales.
¿Cuál es la novedad? Que el Estado asume un papel activo en la planificación de las ciudades y adquiere terrenos donde las ciudades crecen o donde el mismo Estado realiza inversiones en infraestructura.
En el 2019, acuerdos transversales en el Congreso permitieron aprobar dos glosas para que el Minvu pueda comprar directamente o adquiera suelos, mediante un esfuerzo en conjunto con las familias. También, se diseñó una herramienta para que Bienes Nacionales traspase gratuitamente terrenos, que tengan un alto grado de avance y que los proyectos habitacionales se inicien dentro de un año.
Ivo Gasic acierta cuando espera que este banco de suelo no sea el stock de un año, sino un flujo constante de adquisición. Inyectar cada año entre 200 y 250 hectáreas es una innovación que nos permitirá acelerar la construcción de viviendas sin deuda, para llegar a un nuevo umbral de 30 mil unidades anuales.
Esto se complementa con los proyectos de integración social y rurales. ¿Cuál es ese nuevo piso? Desde luego, mayor a las 55 y 60 mil viviendas que veníamos construyendo por año en la última década, pero este techo requiere de un nuevo gran acuerdo transversal de distintos actores.
El banco de suelo es la oportunidad y el piso para acelerar la construcción de viviendas por los próximos 5 a 10 años y no representa una medida coyuntural. Al contrario, que los equipos técnicos del Minvu incluyan la gestión de suelo en sus quehaceres representa un logro colectivo que tomó tiempo consensuar y estamos orgullosos de haber dado este paso en la actual administración.
Erwin Navarrete
Jefe de la División Técnica del Ministerio de Vivienda y Urbanismo
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