Pandemia y trabajo: la urgencia de acortar hoy la brecha de género



Por Bárbara Etcheberry, directora ejecutiva de Fundación Soymás e integrante del G100

El Covid-19 ampliará la brecha de pobreza entre hombres y mujeres. Así es como la ONU Mujeres y el PNUD estiman que, como resultado de la pandemia, unos 47 millones más de mujeres y niñas caerán por debajo de la línea de la pobreza. En Chile, sabemos que el empleo femenino retrocedió 10 años, debido a la menor actividad económica, pero, además, porque muchas debieron retirarse de la fuerza de trabajo para dedicarse al cuidado de hijos y familiares.

A este escenario, se suma el hecho de que muchas mujeres hoy no están buscando un nuevo empleo debido a la falta de apoyo en esta materia y porque también, con la pandemia, se ha visto en ellas el agotamiento con la multiplicidad de tareas que enfrentan y el deterioro de su salud mental.

En nuestros 4 años en la Fundación Soymás, hemos trabajado intensamente con madres jóvenes vulnerables y con ello aprendido varias cosas. Primero, entender qué significa vulnerabilidad y, segundo, conocer desde lo más profundo la situación de este grupo de mujeres, quienes tienen muy poca estructura, hábitos y redes de apoyo, por lo que les resulta más difícil la inserción laboral. Por ello, trabajamos en una intervención en 360 grados, con apoyo psicosocial, oficio y escolarización y hemos obtenido buenos resultados: una inserción laboral de un 56%, mientras que un 17% de las egresadas está emprendiendo, 7% está estudiando y un 20% está inactiva.

Pero en lo que en empleabilidad formal se refiere, si bien hay un interés genuino de incorporarlas al mercado laboral, los subsidios al empleo femenino no bastan. Creemos que las empresas se tienen que abrir a tener jornadas más flexibles, para poder recibir a mujeres jefas de hogar, donde las  8 horas diarias de trabajo, sumado a un viaje en transporte de 2 horas, les es imposible de cumplir.

Por otro lado, consideramos que es indispensable que se abra el sistema educacional y parvulario. La gravedad y urgencia de abrirlos, no solo es porque la brecha en esta materia es cada día más grande entre los niños del país, sino que también porque para sus madres será imposible integrarse al mercado laboral y poder salir del círculo de la pobreza, si los establecimientos educacionales siguen cerrados.

Hemos visto que, debido a la falta de apoyo en el cuidado de sus hijos, varias de nuestras madres jóvenes están recurriendo al emprendimiento, donde pueden compatibilizar las responsabilidades del hogar y el cuidado de sus hijos, junto con generar ingresos para aportar a sus hogares. Sin embargo, hemos sido testigos de que las plataformas, por sí solas, no sirven para las mujeres vulnerables que quieren emprender.

En ese sentido, es fundamental apoyarlas en estructurar sus negocios por medio de mentorías y acompañarlas en la postulación a fondos, trabajo que hoy hace con buenos resultados el G100, con sus concursos de emprendimiento nacionales y regionales “Nada Nos Detiene”, donde me tocó participar.

Por lo mismo, no hay que perder de vista que existe un desafío pendiente con la informalidad. Lo que resulta clave es diseñar un sistema que nos ayude a incorporar a las emprendedoras a la formalidad y que no pierdan los subsidios que les otorga el Estado, ya que hoy existe un incentivo contradictorio.

Dicho lo anterior, no esperemos a que pase la pandemia para impulsar el empleo femenino, entendiendo la esencialidad que traen las mujeres en todos los sectores de la economía. Podremos crear una sociedad con mayores niveles de equidad, sólo si mejoramos la situación actual y creamos un país más justo. ¿Qué estamos esperando para acortar la brecha de género?

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