Participación de Chile en cumbre del G20
Atendido el acotado perfil de ministros que concurrió a dicha cumbre, así como de los temas priorizados, queda la impresión de que el gobierno no logró sacar todo el partido que se habría esperado en esta privilegiada tribuna.
Aun cuando las reuniones de los grandes foros internacionales no siempre suelen llegar a conclusiones trascendentales, de todas formas siguen siendo instancias relevantes para el diálogo directo entre mandatarios, así como espacios de contacto entre representantes del mundo político y empresarial. El G20 es justamente uno de dichos foros, que por el hecho de reunir a las mayores potencias del mundo -entre ellas Estados Unidos, China y países de la Unión Europea- es considerada la instancia global más relevante, después de la ONU. Como conjunto, el G20 representa más del 85% del PIB mundial y en torno al 75% de las exportaciones globales.
La cumbre de líderes del G20 acaba de tener lugar en Brasil, donde Chile fue uno de los países invitados al encuentro, contando con la presencia del Presidente Gabriel Boric, quien antes había asistido a la cumbre de la Apec en Lima. El Mandatario tuvo la oportunidad de exponer ante una audiencia privilegiada temas que para esta administración resultan relevantes -así lo hizo, por ejemplo, en la presentación de la Alianza Global Contra el Hambre y la Pobreza, donde llamó a enfrentar de manera conjunta desafíos como la desigualdad y la migración-, y desde luego es una señal de alta valoración hacia el país que haya recibido una invitación para participar de esta versión.
Si bien la Cancillería ha hecho una buena evaluación de la participación que tuvo Chile en esta cumbre, así como el interés de los líderes del mundo por escuchar lo que tiene que decir el Presidente Boric, especialmente como representante de una nueva generación, llama la atención que el Mandatario se haya hecho acompañar de una acotada delegación ministerial, compuesta por la ministra Camila Vallejo (Segegob) -cuya presencia el gobierno justificó porque Vallejo aprovechó de abordar en Brasil junto a otros países una agenda para enfrentar el fenómeno de la desinformación- y Javiera Toro (Desarrollo Social), además del canciller, sin representantes del equipo económico, a pesar de que el G20 es una instancia particularmente propicia para profundizar vínculos en este ámbito.
A diferencia de la nutrida agenda que se desplegó en la Apec, en el caso del G20 el Mandatario solo tuvo bilaterales con el primer ministro del Reino Unido así como con el premier de la India. En este último caso, se estimaba un encuentro particularmente estratégico, dado el interés de Chile por profundizar los vínculos comerciales con India; por lo mismo fue llamativo que no hubiese representantes del gobierno que pudieran tratar aspectos más en detalle de esta agenda. Tampoco prosperó un encuentro con la primera ministra de Italia, aunque en este caso al parecer existía la intención de que en dicho encuentro también participara el máximo ejecutivo de la italiana Enel, empresa que tiene la concesión para la distribución eléctrica en la Región Metropolitana, y con la cual han surgido fuertes divergencias a raíz de los extensos cortes de luz en el invierno pasado, por lo que en tal caso parece acertado que el gobierno no haya dado pie a dicho encuentro.
Más allá de la importancia de que el país busque posicionarse en ámbitos de la agenda global, también es un hecho que dada la enorme vitrina que representa el G20, y atendido el perfil de nuestra delegación -así como de los temas priorizados- queda la impresión de que el gobierno no logró sacar todo el partido que se habría esperado, por lo que queda un cierto sabor de oportunidad perdida.
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