Plan Araucanía: del abandono y procrastinación, a la reconciliación

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El ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno. Foto: Mario Téllez


Hace poco más de 100 días el Presidente Sebastián Piñera dio inicio a su segundo mandato, ofreciendo un discurso tanto elocuente como esperanzador, ya que dejó la típica efervescencia de las victorias electorales e hizo un llamado a todos los chilenos sin excepción, a construir cinco grandes acuerdos, uno de ellos por el Desarrollo y la Paz en La Araucanía.

Este último acuerdo debería materializar en el "Plan Impulso Araucanía 2018–2026", para lo cual se conformó un Comité de Ministros dirigidos por el Ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno quienes se han reunido con diferentes autoridades, líderes y organizaciones mapuche y no mapuche para recoger opiniones, propuestas y sugerencias, con el objeto de entregar un informe el próximo 20 de agosto y comenzar a ejecutarlo en el mes de septiembre.

Debo reconocer que en un principio fui bastante escéptico y crítico, es que la retorica no difería mucho de la misma de ministros y presidentes anteriores, tampoco ayudo que mientras hablaban de paz y reconciliación, el Ministro del Interior enviara un grupo de Carabineros a entrenarse a Colombia para formar un grupo antiterrorista ni que cada tanto tiempo hagan desfilar vehículos blindados por las calles del centro de la ciudad. La tónica de las últimas décadas ha sido la estrategia de la zanahoria y el garrote, lo que se traduce en que mientras el Ministro de Desarrollo Social visita comunidades, se reúne con dirigentes y ofrece dadivas estatales, el de Interior toma el garrote y  militariza la región, anuncia querellas y aumentos de Carabineros, ha ocurrido lo mismo desde Aylwin a Bachelet, en Piñera uno y Piñera dos.

Sin embargo, ayer algo cambio, con otros peñi y por invitación del histórico werken Víctor Ancalaf tuvimos la oportunidad de participar en un nütram en su comunidad Choin Lafkenche de Collipulli, además, participo el lonko, la directiva y muchos niñitos de la comunidad, el Director Nacional de la CONADI, el Ministro de Desarrollo Social y algunos de sus asesores, fue una conversación respetuosa y sincera, a ratos muy sincera, en donde se hablo de temas contingentes y también profundos, se hablo desde el corazón con sufrimiento pero también con orgullo por todo lo que la comunidad ha conseguido, que como bien dijo el peñi Matías Ancalaf nada de lo que ha logrado ha sido por la gracia y venia de los gobiernos, todo ha sido a través de la lucha y la voluntad inquebrantable de levantarse una y otra vez, todas las veces que sean necesarias para recuperar sus legitimas tierras y ejercer sus legítimos derechos, a riesgo de ser estigmatizados, perseguidos y encarcelados, como ocurrió con el werken Víctor Ancalaf, posteriormente absuelto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso lonkos.

El peñi Víctor Ancalaf es un digno ejemplo de la mejor estirpe de nuestro pueblo mapuche, es de esos líderes mapuche que son respetados en todos los lof por pensar y actuar primero en favor de nuestro pueblo y después en sus legítimos intereses personales, un líder que al igual que el lonko Francisco Mariluan de principios del siglo XIX  quien primero peleo en contra de los chilenos en las Guerras de la Independencia termino firmando el Tratado de Tapihue de 1825, hoy el peñi Ancalaf a pesar de haber sido perseguido políticamente por el Estado, fue capaz de recibir en su casa a la autoridad encargada del Plan Impulso Araucanía, presentarle a su familia, contarle su historia, escucharlos y ofrecer la voluntad de llegar a acuerdos, el Ministro Moreno tuvo la hidalguía de llegar sin escoltas policiales -como debieron ofrecerle cuando dijo que iba donde los Ancalaf-, de escuchar por más de tres horas a los distintos peñi y lamngen, de asumir que hay muchas cosas que no sabe y en las cuales requieren ayuda, de no venir con una lista de propuestas elaboradas en alguna oficina de Santiago y finalmente entender que lo más relevante para cualquier propuesta o Plan Araucanía, es la confianza, una confianza que se ha ido resquebrajando cada vez más en las últimas décadas, ya que tal como dijo el Papa Francisco en el verano, las "bonitas palabras, planes acabados, pero que al no volverse concretos terminan borrando con el codo, lo escrito con la mano, también es violencia, porque frustra la esperanza".

Los mapuche somos muy buenos para diálogo, se ha hecho con todos los Presidentes desde Bernardo O´Higgins hasta Sebastián Piñera, pero eso no significa que seamos ingenuos y creamos todo lo que prometen los políticos de Santiago, ya vieron a Bachelet, prometió hasta estatutos de autonomía y ni siquiera cumplió con sus promesas para los primeros 100 días.

El problema de las múltiples comisiones, mesas y planes Araucanía de las últimas décadas no ha sido la falta de buenas ideas, sino su nula legitimidad y esta no se obtenía porque de capitán a paje, de Ministro a simple asesor, no escuchaban ni querían escuchar, no dialogaban ni querían negociaban, siempre venían desde Santiago con su lista de propuestas armadas que después ni siquiera se dignaban en respetaban, en lo personal, era un alivio que no cumplieran con sus propuestas, porque el eje siempre estaba puesto en el control estatal indígena y eso en vez de propiciar el desarrollo y la paz, termina por intensificar el conflicto, solo miren lo que ha provocado la Ley Indígena, marginalidad social, clientelismo político y violencia rural.

La ironía es que a pesar de creciente evidencia de que la política indígena estatista no funciona, algunos insisten en promover políticas indígenas de carácter estatista (Ministerio de Asuntos Indígenas, Leyes Cuotas, Consejos de Pueblos Consultivos, entre otros), cuando fueron justamente otras soluciones estatista (leyes de radicación, los juzgados de indios, la subdivisión de las comunidades, los arriendos a 99 años, la CONADI, el fondo de tierras, etc.), las que provocaron el desastre actual en primer lugar.

No obstante, lo que ocurrió en el nütram de la comunidad Choin Lafkenche con el peñi Ancalaf, lo que están haciendo diferentes machi en el Centro de Salud Integral Mapuche Taiñ Lawentuwün de la Torre Caupolicán de Temuco, lo que hace el también histórico lonko Aniceto Norin con su empresa Mawuelfe SpA y tantas otras historias similares de líderes mapuche que comprenden la importancia de generar autonomía económica, política y cultural, desde la afirmación de su historia, la recuperación del mapuche kimün pero también de las herramientas que nos entrega la sociedad contemporánea, con el objeto de poder alcanzar una independencia económica que nos permita determinar libremente y sin injerencia gubernamental el destino de nuestras vidas me da optimismo, esperanza de que si la autoridad se comporta a la altura de su retorica, podemos construir valor compartido, podemos construir una ruca grande donde todos tengamos espacio.

El Estado de Chile y sus autoridades, tal como lo hizo ayer el Ministro Alfredo Moreno, deben comprender que ellos son los que deben acomodarse a los pueblos indígenas y no los pueblos indígenas al Estado, son ellos quienes deben escuchar más y hablar menos, quienes deben preocuparse por como sentarse a conversar antes de comenzar a negociar, ya que no importan cuan bien intencionados, la paz y el desarrollo  solo será posible si vienen antecedidos por la verdad histórica y la reconciliación, y está ultima solo será real y duradera si los protagonistas son los indígenas.

Es impresionante y emocionante ver el progreso real que están consiguiendo cientos de mapuche en distintas áreas, muchas veces inclusive luchando contra las excesiva burocracia estatal, muchos  están creando nuevas empresas, cámaras de comercio, partidos políticos, cooperativas, asociaciones, organizaciones y fundaciones, son cada vez más los estudiantes mapuche que terminan su educación universitaria y están repartidos por el mundo estudiando postgrados, son cada vez más los líderes políticos y dirigentes de comunidades que están conscientes de que no resolveremos nuestros problemas peleando entre nosotros y están dispuestos a dejar sus legítimos intereses  de lado y buscar puntos de encuentro,  también, son dignas de destacar la historia de las nuevas camadas de empresarios chilenos que se dan cuenta del valor de la colaboración con las comunidades indígenas no desde el asistencialismo y la RSE, sino que desde la buena fe y el diálogo buscar crear valor común y asociatividad real, respetando a las personas, las comunidades y al mapu.

La mejor conclusión –sino la única posible- que podría tener el Plan Impulsa Araucanía que presentara el Presidente Sebastián Piñera en agosto de este año, es que el gobierno dejará atrás décadas de abandono y procrastinación y se abrirá a la reconciliación real con los pueblos indígenas, siendo el punto de inicio de una nueva relación basada en el reconocimiento de los injusticias del pasado, dejando atrás esos discursos vacíos de la valoración de la diversidad pero sin nada más, pasar a un trato de nación a nación como hacen todos los países éxitos en esta materia, pero para eso debemos dejar a tras la negación y comprometernos a corregir los errores del pasado, no será un camino fácil, las grandes cosas nunca lo son, pero si el Presidente Sebastián Piñera muestra la mitad de la hidalguía del Ministro Moreno, si dialoga de igual a igual con unos mapuche acusados falsamente de terrorismo, si confía y actúa como un estadista, no tengo duda de que finalmente podremos llegar a un Acuerdo Nacional por el Desarrollo y la Paz.

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