Política en vivienda



SEÑOR DIRECTOR

Nuestra política de vivienda tiene una gran virtud: abrir posibilidades de acceso a los hogares de menos recursos. Sin embargo, aun cuando los subsidios han aumentado de valor, las alzas de los precios del suelo alejan cada vez más a las viviendas sociales, expulsando a los pobres de la ciudad.

En este marco, el proyecto de inmobiliaria popular presentado por Recoleta -junto a otros proyectos pioneros del municipio de Santiago- cobra relevancia. Por una parte, ofrece a las familias quedarse en sus comunas, cerca de sus redes y del centro de la ciudad. Por otra, al basarse en el arrendamiento, retiene la propiedad de la vivienda en manos de un organismo público, de forma que esa misma localización pueda ser ofrecida en el futuro a otras familias que requieran vivienda.

Complementar la opción de acceso a la vivienda en propiedad con alternativas como ésta, para hogares que no pueden acceder a la propiedad, o bien privilegiar la centralidad, permite disminuir la segregación residencial.

Es de esperar que, habiendo suelo público disponible en buenas localizaciones, otros municipios puedan seguir el mismo camino, diversificando las opciones de acceso a la vivienda de los más pobres y reconociendo el derecho de todos a las oportunidades que brinda la ciudad.

Alejandra Rasse Figueroa

Investigadora Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, Pontificia Universidad Católica de Chile

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