Problemas para llevar a cabo la COP25



La 25 Conferencia de las Partes firmantes del Convenio Marco sobre Cambio Climático (COP), se realizará entre el 2 y el 13 diciembre de este año en nuestro país. Fue la propia ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, quien confirmó la fecha, causando algo de sorpresa, puesto que, inicialmente, Chile había pedido que la cita fuera en enero de 2020. Así se sugirió en diciembre pasado, durante la COP24, luego que se confirmara a Chile como el país organizador de la siguiente reunión. Sin embargo, Naciones Unidas desestimó esa posibilidad.

Tanto en Cancillería como en el propio Ministerio de Medio Ambiente había cierta inquietud por los desafíos que plantea realizar un evento de esta magnitud, durante el cual se espera que lleguen al país cerca de 25 mil personas, 30 jefes de Estado y delegaciones de 197 países. Una inquietud que la ministra dejó de manifiesto en una carta enviada a la ONU para definir la fecha del evento, en la que advertía de los problemas para hacerlo en diciembre, dada la alta congestión, el mayor costo de alojamiento y la falta de un lugar donde realizar la conferencia.

A lo anterior se suma que solo semanas antes de la cita sobre el clima se llevará a cabo en el país el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC).

Llevar a cabo otro evento de gran magnitud (COP25) en estas circunstancias plantea un evidente desafío de organización para el país; a lo que se suma el alto costo del evento, cercano a US$ 60 millones, para lo cual, la Cámara de Diputados ya aprobó US$ 35 millones.

Al margen de la relevancia para Chile de estar en la primera línea en un tema de alta repercusión mundial, como lo es el combate al cambio climático, es evidente que los hechos plantean legítimos cuestionamientos sobre la conveniencia de haber optado por llevar a cabo la cita este año y el eventual apresuramiento en la toma de decisiones. Hay que recordar que la postulación de Chile se levantó hace solo tres meses, luego de que Brasil desistiera de su candidatura.

La complejidad del evento y la fecha para su realización plantean serios desafíos para el país, que se suman al rol articulador que deberá asumir para lograr avanzar en la implementación del Acuerdo de París.

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