Proliferación de paros en universidades

Diversos establecimientos educacionales del país -principalmente universidades- se encuentran en paro, o lo han estado recientemente, reactivando un mecanismo de presión no solo inconducente sino de alto perjuicio para el conjunto de la comunidad estudiantil.

Las razones para llevar a cabo estos movimientos resultan muy variadas. Algunas por situaciones complejas, como el caso de la Universidad Arturo Prat, en paro por presunto acoso sexual por parte de tres académicos; otros casos, en cambio, resultan de especial singularidad, como ocurrió con Veterinaria en la Universidad de Chile, entre cuyos petitorios figuraba un rechazo al tratado comercial TPP-11. Una temática que se está volviendo más recurrente en las reivindicaciones estudiantiles tiene que ver con la salud mental, un asunto en que se mezclan legítimas preocupaciones -como la falta de especialistas en algunas instituciones para brindar ayuda a alumnos que requieren asistencia psicológica- con otras de muy difícil aprehensión, como las exigencias académicas.

Un caso que ha llamado especialmente la atención tiene que ver con el Instituto Nacional, donde producto de la acción vandálica de encapuchados ha sido necesario decretar la suspensión de clases, profundizando con ello el cuadro de declive académico en que se ha sumido este liceo producto de las constantes tomas e interrupción de clases.

Es lamentable que nuevamente se esté recurriendo a la coacción para efectos de perseguir determinados fines o imponer agendas impulsadas por minorías con capacidad para cooptar las instituciones. Resulta incomprensible que en instancias educacionales -donde cabría esperar que predomine la discusión académica y el respeto a las reglas como principio orientador- se desestimen el diálogo así como las instancias institucionales para la resolución de conflictos, optando en cambio por el derrotero de la fuerza. En la medida que se validen estos caminos por parte de la autoridad, se sienta un negativo precedente para toda la sociedad.