“Provida”



SEÑOR DIRECTOR:

En su columna titulada como esta carta, Daniel Matamala arremete con una mezcla de ignorancia y petulancia contra la reversión del fallo Roe versus Wade, presentando el rechazo al aborto como mera reacción de retrógrados que esperan mantener a la mujer en su posición de histórica subordinación.

Repitiendo lugares comunes de un feminismo simplón, Matamala considera que la única pregunta relevante respecto del aborto es la relativa a la autonomía de la mujer para decidir sobre su propio cuerpo. El mundo “provida” que el periodista tanto desprecia no refuta esta dimensión, sino que simplemente recuerda que aquí también está en juego la vida de un tercero. No se trata de relegar a la mujer al lugar que le correspondería, entonces, sino de tomar conciencia de que el aborto descansa en una tragedia: la muerte de otro sobre el cual también cabe preguntarse por sus derechos.

Muchas de quienes estamos en contra del aborto (aunque Matamala pretenda hablar por todas) luchamos por recordar este dato trágico que siempre se oculta, pero no solo en nombre del que está por nacer, sino de las mismas mujeres abandonadas y presionadas a una decisión que, tomada, no borra ninguna de las razones que la llevaron hasta ahí.

Pero como es la lógica acostumbrada del progresismo radical, ninguna de estas dimensiones aparece en el debate, porque no se reconoce del otro lado ninguna legitimidad. Así, con patriarcal ademán, Matamala intenta cerrar una discusión que, sin embargo, por el tipo de cuestiones que involucra, permanecerá siempre abierta. Si al periodista le interesa cuidar la democracia, y no simplemente defender su bandera, debiera partir por reconocer al menos esa premisa: el adversario puede tener algo valioso que decir.

Josefina Araos

Gabriela Caviedes

Catalina Siles

Magdalena Vergara

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