Próximos alegatos en La Haya

la-haya


Llegó el momento en que escucharemos los alegatos orales, de Bolivia como demandante, y Chile, como demandado, ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya, a partir del 19 de marzo, y la semana siguiente al hacer uso de los derechos a Réplica y Dúplica. Será la oportunidad en que podremos conocer en profundidad, los argumentos de las partes. Lo que fue el objetivo central boliviano en sus escritos, y los ejes de la defensa nacional. Solo así, podremos dimensionar el pleito, del que conocemos sólo parte, gracias a la sentencia de la misma Corte sobre el recurso preliminar de incompetencia, presentado por Chile, y que no acogió. Como el pleito es reservado en su etapa escrita, ahora todo será público en su etapa oral.

Es posible que nos llame la atención lo demandado por Bolivia. Mostrará un Chile que  nosotros no conocemos, como país hostil, agresor y que no cumple sus compromisos. La historia será contada a su manera, es decir, nosotros los atacamos sin provocación, militarmente, habiendo preparado la invasión largamente, y por qué no, obedeciendo a oscuros contubernios con las potencias europeas de la época, para apropiarnos de su territorio y privarlos del mar. No invento nada. Lo han sostenido públicamente, y se desprende del recuento histórico que Bolivia presentó a la Corte como antecedente del juicio sobre su competencia. Es cosa de leerlo y sorprendernos con una historia tan diferente.

En lo jurídico, seguramente insistirán en que los hemos engañado y no cumplido todas las oportunidades en que ofrecimos algo, conversar, negociar, un corredor, un posible enclave y otras soluciones a su mediterraneidad. Una larga lista de gestiones, promesas, negociaciones y otras oportunidades que planteamos, en mayor o menos medida, a lo largo de los años. Como han provenido de la autoridad responsable, constituyen, según Bolivia, actos unilaterales creadores de derecho que incumplimos, y son la razón legal del porqué a la Corte pidieron que determine, si tenemos o no, obligación de negociar el conocido "acceso soberano al Océano Pacífico, de buena fe, y si hemos faltado a esa obligación". Es decir, el objeto del juicio. Tal vez, también sostendrán que para el Derecho Internacional, constituyen un tipo de tratado obligatorio, conocido como "pacto de contraendo" , que crearía la obligación de acordar un tratado formal. Por cierto, no serán los únicos argumentos, habrá muchos otros que podemos intuir, como la suscripción del Tratado de 1904 bajo fuerza,  y algunos imprevistos.

Por nuestra parte, enfatizaremos en mostrar la historia verdadera, y las reales causas de la guerra de 1879. La violación boliviana del tratado de 1874 que perfeccionó el precedente de 1866, el primero formal entre los dos países, por el que accedió al mar legalmente y no de hecho, como años antes. Más todos los antecedentes necesarios, que sería muy largo enumerar. Pondremos el acento en que libremente firmaron el Pacto de 1884, antecedente necesario del Tratado definitivo de 1904, veinte años después y sin forzamiento alguno, el que cumplimos en su totalidad y permanentemente, con un alto costo para Chile. Expresaremos, además, que todos los ofrecimientos chilenos no fueron simples, sino que condicionados a contraprestaciones y compensaciones, que Bolivia nunca aceptó, y por ello fracasaron, por lo que no son propiamente actos unilaterales obligatorios. Que ellos rompieron las relaciones hace décadas, y nos han demandado.

Seguramente haremos mención, entre muchos otros antecedentes, que garantizamos y cumplimos el compromiso de "libre tránsito comercial por nuestros puertos", pero que es otra cosa, negociar sobre un "acceso soberano al Pacífico", si tanto la tierra y el mar siguen siendo chilenos por el Tratado vigente, el que se vería alterado, modificado o trastocado, por dicho acceso. Punto que las partes deberán definir en sus alcances, si es que nos sentencian que debemos negociarlo. Teniendo presente que no hay tribunal alguno que pudiere modificar el Tratado sin el acuerdo expreso de las partes. Lo que la Corte aseguró que no está en discusión, como tampoco, imponer un resultado a las negociaciones, si eventualmente lo determinara.

Son muchos los temas a debatir en dichos alegatos orales, pues cada parte planteará sus posiciones representadas por cada uno de los abogados extranjeros habilitados. Es lo usual, porque los litigantes se dividen tareas y temas a ser expuestos ante la Corte. En mérito al objeto del pleito, y salvo derivaciones inesperadas, sólo existiría el riesgo de que se nos sentencie a negociar el citado acceso soberano, como escenario adverso, pero sin que exista peligro alguno para la vigencia del Tratado de 1904, ni para sus disposiciones ya cumplidas a perpetuidad. Sólo cabe un redoblamiento en la campaña comunicacional de Evo Morales, clamando victoria si debiéramos negociar, o alegando que la controversia continúa al no obtener la solución que busca. Es un aspecto en que ya ha mostrado particular insistencia, con su venida a Chile, así como con su ya larga ofensiva anti-chilena. Ha buscado provocarnos, sin conseguirlo, y también sensibilizar la Corte a su favor, eso sí, por medio de otros argumentos no legales, frente a una poco efectiva campaña chilena para contrarrestarla. Podemos, sin embargo, estar prudentemente confiados en nuestra causa, sin triunfalismos. Lo veremos en los alegatos, que seguramente serán polémicos y ásperos.

Solo he podido referirme a algunos aspectos, ya que no conocemos todo lo que las partes expondrán finalmente. Deseamos el mayor de los éxitos.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.