¿Puede Chile ser el primer país Cero Basura de Latinoamérica?

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Se cumplió un año de la puesta en marcha de la Ley Chao Bolsas Plásticas y percibimos que las personas ya se acostumbraron a que no se las entreguen ni en supermercados ni en el comercio. Pero, como todo, esta realidad tiene dos caras: las bolsas de basura aumentaron en un 40% sus ventas. Vale la pena preguntarse cómo podemos seguir avanzando hacia un cambio cultural, social y económico en nuestro país, que es el que más basura per cápita produce en América del Sur.

Otras iniciativas impulsadas en el último tiempo, como el Pacto Global por los Plásticos, el programa Reciclo Orgánico y sobre todo La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), permiten ir cambiando el switch y avanzar hacia la recuperación de la basura y que nada llegue a rellenos sanitarios o vertederos. Sin embargo, en el año de la COP25 y como país organizador, podemos imponernos una meta más ambiciosa: Chile podría ser el primer país Cero Basura de Latinoamérica.

Del total de la basura que se genera en nuestro país, un 60% tiene un origen industrial y un 40% domiciliario. Los puntos limpios y el fomento a la cultura del reciclaje han contribuido a tomar consciencia en torno al tema, mientras que la Ley REP permitirá ir avanzando hacia metas de recuperación de los residuos domiciliarios. Con eso como base, debemos ir más allá. Alemania, Suecia y Dinamarca son Cero Basura gracias a una legislación que propicia de forma integral la administración y recuperación de los residuos. Para Chile, lo primero debiese ser definir un marco legal que establezca incentivos para que botar basura no sea más barato que recuperarla, como ocurre hoy.

La Región Metropolitana podría ser el comienzo del Cero Basura. En la capital existe una sobreoferta de rellenos sanitarios, con 4 establecimientos que compiten por precios bajos para recibir la mayor cantidad de residuos, lo que hace que el costo de la disposición de la basura en estos recintos sea 10 veces menor que en un país desarrollado, desincentivando la recuperación.

Los rellenos sanitarios y vertederos son la tercera mayor fuente de emisión de CO2 en el planeta, y en nuestro país, de acuerdo a cifras de la Subsecretaría de Desarrollo Regional de 2018, existen 30 rellenos sanitarios; 52 vertederos y 38 basurales catastrados.

En ese escenario, reducir su rol y hacer crecer el mercado de valorización de residuos es crucial para fomentar una economía circular. Recordemos que sólo el 5% de los residuos domiciliarios son recuperados, mientras que en la industria privada es un 30%. Por ello, la oportunidad de aumentar estas cifras radica en incentivar la creación de nuevas plantas de compostaje, de procesamientos de materiales como plástico, vidrio y tantos más; así como también en promover incentivos tributarios para las empresas que recuperan sus residuos y fomentar que las municipalidades también se cambien del modelo de "retiro de la basura" a uno de "administración de residuos"

El Cero Basura es medible, trazable y alcanzable. Y hay un mercado que transforma cinco botellas de dos litros de plástico PET en fibra para hacer una chaqueta. Si Chile impulsa y hace crecer ese mercado, podría ser el primer país Cero Basura de Latinoamérica. Buen reto para el año de la COP25 en nuestro territorio.

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