Reforma a la Adopción: El esfuerzo por poner a los niños en el centro del debate

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Fotografía de 2011, respecto de un matrimonio italiano que adoptó a unos niños chilenos. Foto: Archivo


La adopción es parte vital del sistema de atención a la niñez  vulnerada en sus derechos: un niño que tras sufrir un largo historial de vulneraciones graves y una extensa institucionalización, espera y desea como todo niño, ejercer su derecho a ser hijo y a vivir en familia.

Me pregunto entonces si la tramitación de la reforma a la ley de adopción,  ha logrado colocar a los  niños al centro del debate, y si los parlamentarios han tenido o tendrán interés genuino de comprender, sin sesgos ideológicos, las razones que motivaron al primer Gobierno del Presidente Piñera a presentar (octubre, 2013) un proyecto de ley que incorpora un nuevo sistema  de adopción en Chile.

El centro es y deben ser los niños,  ellos SON hijos, no familia en sí mismos, y nuestra obligación como país es generar las condiciones para que aquellos que han sido vulnerados en sus derechos y permanecen institucionalizados, puedan ejercer a través de distintos mecanismos, siendo uno la adopción, su derecho a ser hijo al interior de un grupo familiar definitivo.

Por eso, es urgente, hacerse cargo de los desafíos y deficiencias de la actual ley, como por ejemplo, las escasas causales para declarar la adoptabilidad de un niño, difíciles de demostrar; los plazos demasiado extensos; la judicialización como único mecanismo para todas las instancias del proceso; la ausencia de un presupuesto propio asignado por la ley a los programas de adopción. Pero el más urgente y mayor desafío es sobre las largas permanencias de los niños en centros residenciales y familias de acogida, con un promedio de 2 años y 4 meses de institucionalización antes de que los tribunales decidan iniciar un proceso de susceptibilidad de adopción, al que se suma el tiempo promedio de tramitación, que hoy supera con creces los 12 meses (según Boletín N° 9119-18 del proyecto de ley). Sumando y restando, como mínimo un niño debe permanecer 3 años institucionalizado privado de ejercer su derecho a vivir en familia, antes de pensar en una familia definitiva mediante la adopción.

Después de 5 años y 4 meses de ser ingresado el proyecto de ley al Parlamento y luego de 3 indicaciones sustitutivas del Gobierno de la Presidenta Bachelet, y una cuarta que ingresó el Gobierno del Presidente Piñera en junio de 2018, la reforma integral al sistema de adopción  recién, en el mes de marzo, seguirá su segundo  trámite constitucional en el Senado, luego de ser votada en la Sala de la Cámara.

¿Dónde han estado los niños durante toda la tramitación de la reforma? A algunos parlamentarios les ha preocupado el derecho de los adultos a preservar, más allá del costo que ello puede suponer para los niños, su filiación biológica; el tiempo de espera de las familias que desean adoptar; a otros el derecho de los adultos  a ser familia a través de la adopción; o los costos que les supone a las familias adoptar; el fin del lucro que según algunos, generan estos procesos, etc., dejando de manifiesto, algunos parlamentarios, su absoluto desconocimiento del funcionamiento de nuestro sistema de adopción. Después de 5 años 4 meses, el esfuerzo por poner a los niños al centro del debate en la reforma a la adopción en Chile ha sido insuficiente.

Raquel Morales es ex representante de Chile ante la Conferencia de La Haya en materia de adopción internacional. Directora Alianzas Estratégicas - Fundación Mi Casa.  Directora Ejecutiva de Red Latinoamericana de Cooperación en el ámbito de la adopción Internacional - Relac-Adop.

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