SEÑOR DIRECTOR
Esta semana fuimos testigos del avance en la tramitación legislativa del proyecto de ley que establece un segundo retiro de los fondos de las AFP, una iniciativa muy popular, pero una mala política pública para apoyar a los sectores más afectados por la pandemia. Pese a las críticas que se pueden hacer a la iniciativa, parece muy difícil detener su avance, de manera que solo cabe esperar que el gobierno haga contención de daños para evitar un perjuicio mayor a las pensiones y reducir la regresividad de la medida.
Un nuevo retiro de fondos va en la dirección opuesta de lo que necesita el país para mejorar las pensiones. Cada retiro equivale a reducir en dos puntos la cotización previsional y, si se aprueba este proyecto tal como está, cuatro millones de cotizantes quedarían sin ahorros. En consecuencia, no solo genera una mayor presión fiscal, sino que, además, aumenta la urgencia por avanzar en un acuerdo que permita destrabar una reforma previsional con una mirada de largo plazo.
Una opción sería lograr un marco de entendimiento en el que se incluya el retiro de los fondos para un grupo acotado de la población -quienes realmente lo necesitan-, pero en el contexto de una reforma integral al sistema de pensiones, tomando como base el proyecto de ley que fue aprobado por la Cámara de Diputados. Dicho proyecto va mucho más allá de los puntos adicionales de cotización y su distribución en cuentas individuales o colectivas, que es a lo que a veces se reduce la discusión previsional. Además, tiene la ventaja de estar avanzado en su trámite legislativo. Entre otros, contempla cambios para aumentar la competencia del sistema, les da participación a los afiliados tanto en los directorios de las AFP, como en las empresas en que éstas invierten y permite que enfermos terminales y trabajadores que posterguen su edad de jubilación puedan retirar sus fondos anticipadamente. En suma, es un buen punto de partida.
El nutrido calendario electoral, las diferencias al interior de ChileVamos y el proceso constitucional en curso, hacen complejo alcanzar este acuerdo. Para que ello ocurra se requiere una visión de largo plazo, flexibilidad y generosidad, elementos que han estado ausentes en los últimos debates. Sin embargo, sería imperdonable que el sistema político le falle nuevamente a los chilenos y chilenas y no logre un acuerdo para mejorar las pensiones.
Hermann González
Clapes UC
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