Regulación y el rol de las Fintech en Chile

Gustavo Ananía, gerente general de RedCapital



La irrupción de las Fintech en los mercados globales viene consolidándose hace un buen tiempo, hay algunos países más avanzados que otros, pero, en general, la gran mayoría está experimentando las ventajas de la transformación digital y el desarrollo tecnológico.

El rol, que muchas de estas firmas están cumpliendo en términos de financiamiento a pequeñas y medianas empresas, toma mayor relevancia en estos días en que nos enfrentamos, no sólo en Chile, a una grave crisis sanitaria, que tiene a todos los emprendedores golpeados y con dificultades para seguir operando.

Lamentablemente, en un comienzo, las medidas que apuntan a ayudar a las Pymes en este contexto dejaban fuera a las Fintech, pues no están bajo el marco de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Inicialmente, se habló de iniciativas que solamente incluían a los bancos, no obstante, luego de jornadas de peticiones y reflexiones de distintos gremios, asociaciones y líderes de opinión, el Gobierno decidió considerar también a entidades como las cooperativas, siempre y cuando estuvieran reguladas. La buena noticia es que ahora nuestra industria también podrá solicitar ser parte, a través de una autorización que habrá que pedirle a CORFO.

Aplaudimos ese avance, pues en tiempos de mayor incertidumbre y más necesidad de capital por parte de las pequeñas y medianas empresas, se explica el por qué las Fintech veníamos hace tiempo empujando con tanta fuerza la necesidad de regulación. Y en ese sentido, agradecemos que esa discusión esté hoy sobre la mesa y desarrollándose, sobre todo considerando el difícil contexto que vive el país con el estallido social y el Coronavirus.

Nuestra industria representa una eficiente y rápida solución de liquidez a las Pymes, quienes además de contar siempre con muchas restricciones para acceder a préstamos en la banca, no han podido conseguir en forma rápida la denominada línea de crédito Covid19. De hecho, entre un 60% y el 70% de las microempresas, emprendedores por cuenta propia y trabajadores no formales quedarían fuera de esta propuesta, según ASECH. Y más encima, de acuerdo con datos entregados por la Comisión para el Mercado Financiero, más de 61 mil requerimientos, de un total de 223 mil solicitudes aproximadamente, han sido rechazados hasta la fecha.

Otro factor que destacamos para esta industria, es el paso que dio la Superintendencia de Pensiones al flexibilizar el actual régimen de inversión de las AFP y permitirles poder apoyar indirectamente a las pequeñas y medianas empresas a través de vehículos de inversión como mutuos hipotecarios residenciales, facturas y pagarés -activos alternativos-. De esa forma, al menos los fondos de inversión que operan con los crowdfunding tendrán mayor liquidez para hacerlo, pero los inversionistas naturales –que son la gran mayoría- siguen siendo ignorados.

El llamado está en seguir impulsando el avance que hubo con el White Paper que elaboró el regulador y los debates que se generaron en su momento, en torno a una nueva ley que le entregue estándares y parámetros pro innovación a una industria nueva, pero ya muy instalada, con exigencias proporcionales que no limiten a los actores Fintech como sucedió en el caso de México. Si hay consenso en algo, es que necesitamos ser regulados y convertirnos en un mercado financiero integrado.

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