Requerimiento contra grupo de parlamentarios

Esta semana, un grupo de diputados de Chile Vamos y el Partido Republicano presentaron un requerimiento ante el Tribunal Constitucional (TC) con el objeto de que éste resuelva la cesación en el cargo de 12 diputados opositores, y que queden impedidos de optar, luego de ello, a una función o empleo público por dos años. La solicitud se funda en que éstos, a propósito de los hechos ocurridos en las últimas semanas, habrían incurrido en la causal que establece la Constitución en su artículo 60, que sanciona al parlamentario que "de palabra o por escrito incite a la alteración del orden público".

Sin perjuicio de la resolución sobre admisibilidad del requerimiento que haga el tribunal o de lo que finalmente resuelva, es de suyo preocupante la actuación de algunos parlamentarios que confunden la empatía con ciertas causas sociales -que pueden ser muy válidas- con respaldar o avalar mecanismos de acción que apuntan directamente a alterar la convivencia social, el orden público o desconocer el ordenamiento legal. Considerar, por ejemplo, la desobediencia civil o la evasión en el pago del Metro como el camino a seguir, sin asumir las gravedad de las consecuencias generadas, resulta irresponsable.

La Carta Fundamental es clara en señalar que los órganos del Estado deben someter a ella y a las leyes su actuar, y que sus "preceptos" obligan a los titulares o integrantes de dichos órganos como a toda persona, institución o grupo; quienes han recibido el mandato de la ciudadanía tienen la especial responsabilidad de actuar con apego a la ley y ceñirse por estándares mucho más exigentes que el ciudadano común. Es, además, incongruente que quienes tienen la potestad de dictar las leyes luego decidan incumplirlas o fomenten su incumplimiento.

En un momento tan delicado como el actual, lo que cabe esperar de los parlamentarios es un actuar responsable, pues el fin no puede justificar cualquier medio. La imagen del Congreso ya se encuentra suficientemente desprestigiada como para añadir más carga negativa. Una rectificación de los parlamentarios aludidos sería por lo tanto bienvenida.