Respaldo del FMI a reformas del gobierno



Esta semana el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó las conclusiones sobre la economía chilena -a cargo del equipo asociado a la misión del Capítulo IV-, y en ellas entregó una favorable visión sobre el desempeño económico local. Más allá de las mejores perspectivas asociadas al crecimiento -la entidad mejoró de 3,8% a 4% su estimación para el 2018-, el verdadero aliciente provino del reconocimiento que hizo el FMI a las políticas económicas que está aplicando la administración actual. En el informe abundan frases elogiosas, como "la economía se está recuperando después de varios años de crecimiento moderado", o que las perspectivas económicas son favorables a pesar de los riesgos asociados al entorno externo, concluyendo que "la economía de Chile se basa en sólidos fundamentos, sólidos marcos institucionales y una sólida trayectoria de políticas macroeconómicas".

Además, se destaca el esfuerzo que está realizando el equipo económico para lograr la consolidación fiscal y el equilibrio que esto generaría entre la estabilización de la deuda y las necesidades asociadas al desarrollo y el gasto social, como las reformas al consejo fiscal asesor y los perfeccionamientos a la ley general de bancos. Pero quizás -por los efectos políticos que conlleva- un aspecto que resultó especialmente llamativo fue la alusión directa que hizo el informe a la reforma tributaria en curso. El FMI fue enfático en señalar que "el retorno a un sistema impositivo único y totalmente integrado, la depreciación acelerada y un reembolso más rápido del IVA, deberían impulsar la inversión y el crecimiento en general".

Este apoyo del equipo técnico del FMI al programa de reformas que impulsa el gobierno llega en un momento particularmente oportuno. La oposición ha dado señales de no estar dispuesta a negociar un proyecto de reforma tributaria que contemple la reintegración, por lo que la opinión fundada del organismo internacional debiera servir para suavizar posiciones rígidas y abrir espacios para la discusión.

La opinión que ha entregado el FMI naturalmente contrasta con las declaraciones que la directora gerente del organismo realizó a mediados del 2014 luego de reunirse con la entonces Presidenta Michelle Bachelet. En la oportunidad, la representante del FMI apoyó enérgicamente el programa de reformas impulsado por la Nueva Mayoría, afirmando que éstas no causarían ningún tipo de perturbación en la economía y mejorarían la productividad y el bienestar del pueblo chileno. Lamentablemente, la experiencia tras las reformas estructurales de la administración pasada llevó a que nuestra economía completara el peor cuatrienio en décadas en cuanto a crecimiento, y anotó la más larga caída en la inversión desde que se tienen registros comparables, extrañándose una autocrítica de la entidad ahora que ha dado a conocer sus nuevas perspectivas.

Esta vez, el FMI aboga para que la implementación de estas reformas se traduzca en una mejor calidad de vida de los chilenos y estima que, de concretarse, resultará en un escenario de crecimiento más alto que el esperado, un objetivo que el país no puede desatender.

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