SEÑOR DIRECTOR
Este lunes 24 de febrero se dieron a conocer los resultados de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) del 2019. Como era de esperar, se repitieron noticias que conocemos todos los años: los mejores puntajes provienen de los sectores con mayores ingresos, los colegios particulares tienen mejor rendimiento que los estatales y los establecimientos de la Región Metropolitana tienen, en general, mejores resultados que los colegios de otras regiones del país.
Estos resultados nos plantean, a lo menos, dos grandes tareas: primero, trabajar firmemente para mejorar la calidad de nuestra educación escolar, dándole más libertad a los padres y no limitándolos, focalizando los recursos en los alumnos más vulnerables -especialmente en regiones- y otorgando más herramientas a nuestros profesores.
En segundo lugar, se hace necesario avanzar hacia un sistema de admisión universitaria que vaya más allá de una prueba única estandarizada. Debemos contar con fórmulas que no se limiten a evaluar conocimientos, sino que comprendan habilidades blandas y reconozcan el aporte de las actividades extracurriculares en la formación integral de los estudiantes chilenos. Esto podría permitir a las universidades contar con mecanismos de admisión acorde a sus proyectos educativos.
Queda mucho por hacer y, una vez más, hemos llegado tarde.
Tomás Bengolea L.
Presidente
Fundación ChileSiempre
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