SEÑOR DIRECTOR
La discusión acerca del retiro del 10% de los fondos de pensiones ha sido rápidamente eclipsada por una avalancha de solicitudes de retención de estos dineros por madres e hijos cuyos padres no han pagado su pensión de alimentos.
Si atendemos a lo señalado por el Ministerio de Desarrollo Social y la Familia, que indica que solo un 16% de los condenados a pagar pensión de alimentos cumple con sus obligaciones, esto debería avergonzarnos. No es tampoco un hecho oculto que los niños y niñas suelen quedarse al cuidado de sus madres, en un país donde las mujeres ganan menos por igual trabajo, tienen más dificultades para ascender en sus instituciones y asumen las tareas domésticas que se añaden a la jornada laboral. Son ellas las que deben asumir el incumplimiento del 84% de los padres; son ellas quienes se empobrecen y desgastan tratando de cobrar las pensiones de alimentos.
La pandemia que vivimos ha desnudado la profunda crisis del cuidado, una donde las mujeres asumen de forma desigual el cuidado de los familiares no-valentes, al tiempo que deben trabajar en un mercado productivo que pocas veces distingue la necesidad de hacer corresponsables a la sociedad y a los hombres de dicha tarea. Urge una respuesta distinta para niños, niñas y mujeres que vaya más allá de la posibilidad, excepcional y, nuevamente, mediada por tribunales, de ejecutar efectivamente el pago de una pensión de alimentos en el 10%. Si los niños, las familias y la igualdad importan, entonces debemos mejorar la respuesta social, política y legal para el drama que existe detrás de las pensiones de alimentos impagas.
Claudia Sarmiento
Abogada
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