Revancha política más que juicio imparcial
SEÑOR DIRECTOR
Tengo la profunda convicción que la política en Chile y las personas que participamos en ella no tenemos la independencia de juicio para convertirnos en jueces. El corazón de nuestra actividad es discutir y votar proyectos de ley bajo nuestro prisma ideológico. ¿Resulta razonable, entonces, simultáneamente pedir que nos convirtamos en justos evaluadores de la acción política de un adversario?
El sesgo es evidente; por lo tanto, las acusaciones constitucionales son una pérdida de tiempo; deberían eliminarse de las facultades de los parlamentarios, quienes deberían poder ser juzgados, sin fuero previo, en los tribunales ordinarios de justicia; igual que cualquier chileno.
La reciente votación en el caso del exministro Andrés Chadwick huele más a revancha política que a juicio imparcial.
Julio Dittborn Cordua
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