Riesgos del proyecto "Fútbol para Todos"



El proyecto que busca establecer normas sobre la transmisión de los partidos de fútbol nacional y el acceso de los medios de comunicación a los estadios -una suerte de "Fútbol para Todos", impulsado por sectores de oposición- abre una serie de cuestionamientos a sus planteamientos de fondo.

La iniciativa establece que en cada fecha del torneo nacional de primera división se deberá transmitir por televisión abierta un partido oficial -especificando que TVN tendrá el derecho preferente de transmisión- y uno al mes en el caso del fútbol femenino, algo que sorprende considerando que el nuevo propietario del Canal del Fútbol -una vez que la Fiscalía Nacional Económica así lo confirme- ofreció la transmisión en abierto de un partido por fecha. Asimismo, la iniciativa faculta a los concesionarios de televisión -invocando la libertad de información- para el ingreso a los partidos oficiales y les da derecho a tomar imágenes y reproducirlas en los noticieros del canal respectivo.

Es lamentable que enarbolando el interés público y el derecho a la información de los chilenos, se avance en iniciativas de dudoso sustento constitucional. Pese a que el fútbol es un deporte de interés masivo, los clubes así como toda la institucionalidad asociada a su desenvolvimiento son de carácter privado, y sobre esta base se han celebrado contratos para desarrollar toda una industria legítima y rentable. Así, de aprobarse esta iniciativa surgen una serie de dudas. ¿Por qué están obligados los clubes a dejar ingresar a terceros a un evento realizado con capitales privados? ¿Cuál es el límite de imágenes que pueden transmitir los noticieros de TV? ¿Podrán hacer lo mismo si se organiza un campeonato internacional en Chile?

Las obligaciones contempladas en el proyecto son una nueva forma de expropiación indebida impulsada por ley. Los alcances que tiene esta iniciativa exceden por mucho el ámbito del fútbol profesional. Actualmente existen diversos espectáculos de interés masivo en los que los canales de televisión tienen prohibición para tomar imágenes y luego reproducirlas en sus programas, aunque esta restricción no coarta su derecho a informar. Cabría preguntarse entonces si aprobándose esta iniciativa no podría en el futuro extender su aplicación a otros deportes, incluso a otros ámbitos como recitales de música, obras de teatro y cualquier otra representación de interés masivo.

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