El rol protagónico del crecimiento

Después de cuatro años de gobierno en los que el crecimiento y la economía no fueron una prioridad, es esperable que el nuevo gobierno implemente desde un principio una batería de medidas que permitan retomar un mejor ritmo de crecimiento y aumente estructuralmente nuestra estancada productividad. En efecto, la meta auto impuesta en el programa señala que se espera duplicar la tasa de crecimiento del gobierno actual.

La decisión de enfocarse en el crecimiento parece no ser sólo el resultado de la convicción por parte de las futuras autoridades de que éste es una condición necesaria para lograr mayor bienestar entre los chilenos. Es además, en mi opinión, parte del mandato que se le hizo al presidente electo a través de la votación que recibió.

Es por lo anterior que la urgencia por retomar el crecimiento parece haber alcanzado al que será el ministro de Economía, José Ramón Valente, a quien ya se le encargó un catastro de los proyectos de inversión que se podrían destrabar en el país. Sin embargo, esto es sólo una parte de lo comprometido en el programa.

¿Qué se propone hacer?

Obviamente, uno de los temas centrales será el tributario. Se propone reintegrar gradualmente el impuesto de las empresas con los impuestos pagados por las personas y hacer converger gradualmente la tasa del impuesto de primera categoría a los niveles promedio de los países de la OCDE.

En el programa también se pueden encontrar, por ejemplo, más incentivos a la innovación. Se señala que se adaptará la ley de incentivo tributario a I+D para facilitar su uso por parte de empresas de menor tamaño y nuevos emprendimientos, incorporando mecanismos de prefinanciamiento.

En materia de comercio internacional, se propone negociar acuerdos comerciales faltantes y evaluar un rediseño de la política de promoción de exportaciones e inversiones, incluyendo la transformación de la Direcon en la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, de la cual dependerán ProChile e InvestChile.

El programa también propone que se modernizarán las relaciones e incentivos laborales, que se ejecutará un ambicioso plan de inversión en infraestructura, que se masificará la firma electrónica, que se modernizará el sistema de notarios y conservadores, que se aumentará la competencia en el cabotaje marítimo y en el sector financiero, entre muchas otras medidas.

Otros temas –en mi opinión, más innovadores- que merecen interés son la creación de un fondo de 50 millones de dólares para desarrollar los bonos de impacto social y la digitalización de todos los trámites en el contexto de modernización del Estado.

A partir del 11 de marzo lo que corresponde es hacer seguimiento a cada una de estas medidas y evaluar sus resultados. Ojalá nunca más tomemos el crecimiento como algo dado, como caído del cielo o resultado de la buena o mala suerte, y siempre esté dentro de las prioridades de los futuros gobiernos.