Se nos acabó el tiempo

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Por Carlos Vöhringer, director técnico nacional del Hogar de Cristo

“Mejor Niñez” le pusieron las autoridades al servicio que reemplazará al tristemente célebre Sename, generando toda suerte de críticas en redes sociales por el nombre de fantasía elegido, cuando lo que de verdad importa es que sea efectivamente un espacio de protección y reparación para los niños, niñas y jóvenes que están bajo el cuidado del Estado.

Más que andar deteniéndose en cuestiones semánticas, creemos que un problema tan profundo no se resuelve con polémicas pequeñas, mientras los niños y niñas de las residencias siguen en las mismas: con su derecho a vivir en familia vulnerado, con sus dolores y traumas. Este es un tema país, en el que deben comprometerse coordinadamente todos los ministerios y servicios del Estado: salud, educación, justicia, policías, desarrollo social y vivienda, e implicarse también la academia, la sociedad civil, la prensa, los parlamentarios y la sociedad completa.

Hoy es prioritaria la puesta en marcha del nuevo Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, lo que debe incluir el fortalecimiento de las familias de acogida y contar con residencias terapéuticas especializadas con un modelo basado en estándares de calidad y desde un enfoque de género. Hace casi un mes presentamos un exhaustivo e inédito estudio titulado “Ser Niña en una Residencia de Protección en Chile”, donde relevamos el distinto nivel de daño y trauma en niños y niñas, el que es mucho mayor entre ellas, por lo que es clave una aproximación con perspectiva de género al tema.

A esto agregaría las siguientes medidas para lograr un cambio radical en la protección de los niños, niñas y adolescentes vulnerados:

- Un sistema de garantías para la protección integral y universal de la niñez, acorde a los estándares de derechos humanos que establece la Convención sobre los Derechos del Niño;

- que el foco de todo el sistema esté en la prevención, con énfasis en la gestión territorial y con pisos de protección social garantizados;

- rediseño de los servicios ambulatorios y residenciales, con especial énfasis en salud mental y educación;

- y una academia involucrada en la generación de evidencia local para abordar los desafíos de brindar una atención especializada y de calidad.

Hacemos un llamado al Congreso Nacional para que apruebe ahora la ley que crea el Sistema de Garantías de los Derechos de la Niñez. La dignidad de niños y niñas está en permanente riesgo y ha llegado la hora de enfrentar esa realidad juntos.

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