Seamos responsables

canabis
Foto: ATON


Estamos hipotecando el futuro de Chile, como sociedad por acción u omisión somos responsables de poner en riesgo a nuestros niños, niñas y adolescentes ante la grave amenaza que es el consumo de drogas.

Una muestra concreta de aquello es el debate por la legalización de la marihuana, en el que algunos sectores están empeñados en convencernos de que es una sustancia no sólo inocua, sino que incluso sana enfermedades, cuando recién la ciencia está estudiando los efectos terapéuticos de algunos de sus compuestos (cannabinoides) para algunas patologías muy específicas.

En cambio, lo que sí sabemos, de lo que sí hay evidencia es de la alta prevalencia de esta sustancia entre nuestros jóvenes, la mayor de toda América. El Décimo Segundo Estudio de Consumo de Drogas en Población Escolar 2017, que presentamos en diciembre, da cuenta de que uno de cada tres jóvenes de entre octavo básico y cuarto medio declara haber consumido marihuana en el último año, mientras la percepción de riesgo de su uso frecuente llega sólo al 22%.

Esta baja percepción de riesgo es producto de un debate, que digámoslo claramente, ha sido irresponsable. Estamos ante un escenario muy adverso para la salud de nuestros niños, niñas y adolescentes y que los está poniendo en riesgo: la discusión que se ha instalado por la marihuana "medicinal".

Creemos que los debates son parte fundamental de la democracia en el caso de las drogas debe hacerse de manera responsable y con evidencia. Por lo mismo es necesario plantear claramente que el proyecto de ley "cultivo seguro" que está hoy en la comisión de Salud del Senado, no es un buen proyecto: no resguarda la salud de niños y niñas, y de paso, los discursos que se han generado han hecho bajar la percepción de riesgo respecto al consumo de esta sustancia que sí es riesgosa, que sí les hace daño. Así lo han manifestado tanto el Colegio Médico como las distintas sociedades médicas y científicas relacionadas con este tema.

Esta semana la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), órgano dependiente de Naciones Unidas encargado de vigilar el cumplimiento de tratados internacionales en materia de drogas, emitió su informe 2018 en el que dedica un capitulo completo al debate sobre la marihuana para usos médicos, científicos y "recreativos", advirtiendo que "El control deficiente de los programas de uso médico de cannabinoides puede tener efectos adversos en la salud pública. Puede llevar al aumento del consumo de cannabis con fines no médicos entre adultos y contribuir a la legalización del consumo de cannabis no médico, porque debilita la percepción pública de los riesgos del consumo de cannabis…"

A la luz de esta advertencia general, observamos que el debate que estamos dando en Chile, está siendo mal llevado. Se confunde, o se intenta confundir a la opinión pública, cuando se plantea que la planta completa es medicinal, cuando lo que en el mundo se está haciendo es estudiar los efectos terapéuticos que tendrían algunos cannabinoides, que están presentes en la marihuana. Además, su uso con fines terapéuticos y de investigación científica está regulado en nuestro país desde el año 2015, cuando se estableció por decreto que sería Instituto de Salud Pública el organismo encargado de controlar y autorizar, si así lo determina, el uso de cannabis para la elaboración de productos farmacéuticos.

Es por esto que seguiremos decididamente enfrentando este tipo de iniciativas, que le hacen mal a nuestros niños, niñas y adolescentes. Y seguiremos trabajando en la prevención del consumo de drogas, con políticas públicas enfocadas en la familia, los colegios, los espacios recreativos y que finalmente apunten a proteger a quienes son el futuro de Chile.

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