Señales del gobierno en contra de la delincuencia



Desde hace algunos días, el gobierno -en conjunto con Carabineros- se encuentra impulsando una política de patrullajes masivos, especialmente en zonas conflictivas de Santiago. Los resultados de estos operativos han devenido en numerosos detenidos, ya sea por encontrarse con órdenes de detención pendiente o bien por la comisión de delitos. Lo llamativo es que ha sido el propio Presidente de la República quien ha liderado personalmente algunas de estas operaciones.

Estos operativos le han valido críticas al mandatario, tanto de sectores de oposición, como también desde el poder judicial, que ha acusado una "saturación" de los tribunales de garantía, lo que podría afectar los derechos de quienes han sido detenidos; desde el Ministerio Público también han hecho ver sus reparos, pues se ha indicado que no habría suficientes fiscales para poder procesar todos los casos que abruptamente han llegado hasta los tribunales. El Presidente, sin embargo, ha señalado que estos operativos continuarán, aunque se "saturen" los tribunales.

No cabe duda de que en tanto existan mejores coordinaciones entre todos los estamentos, el sistema sería mucho más eficiente. Bajo las reglas de un estado de derecho, es indispensable que en todo momento las garantías de quienes son objeto de algún control policial o judicial sean oportunamente cumplidas. De allí que si este tipo de controles masivos se instaurarán como una política permanente de seguridad ciudadana, deben atenderse a algunas de las observaciones que se han formulado, a fin de que los resultados sean acordes con los objetivos que buscados. En ese sentido, si una parte relevante de los detenidos no logra pasar a control judicial, se pierde eficacia.

Pero junto con las consideraciones anteriores, parece un hecho que la decisión presidencial de relevar con fuerza el combate contra la delincuencia sintoniza bien con las prioridades de la propia ciudadanía, y en la medida que sea una señal consistente a través del tiempo, probablemente va a ser valorada. No parece ser coincidencia que la gestión el Presidente Piñera se encuentre en uno de los puntos más altos de popularidad -60% de acuerdo con la última encuesta Cadem-, justo cuando dio un fuerte respaldo al accionar de Carabineros, a propósito de un incidente de un chofer de Uber con la policía uniformada en el aeropuerto de Santiago.

Se trata de un episodio que actualmente está bajo investigación judicial, por lo que resultaría apresurado abanderizarse sin antes esperar el resultado de la investigación. Para la opinión pública, sin embargo, no parece caber duda de que el accionar de Carabineros fue el correcto, ya que de acuerdo con la misma encuesta Cadem, el 76% respaldó el proceder del policía. En un sentido más amplio, estas cifras parecen sugerir que una parte importante de la población aprueba un accionar más firme de Carabineros.

A la luz de estas consideraciones, la autoridad debe ser prudente para canalizar bien estas demandas ciudadanas por mayor seguridad -la señal de que ha pasado a ser una prioridad para el gobierno es bienvenida-, evitando el siempre tentador terreno del populismo penal, al cual resulta fácil transitar.

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