Sociedad de vigilantes


SEÑOR DIRECTOR

La Municipalidad de Las Condes me invita por e-mail a “denunciar lo que sucede a mi alrededor con evidencias de video en tiempo real”. Es razonable que la autoridad haga cumplir las normativas sanitarias (sin excederse en sus atribuciones) y que los ciudadanos informen espontáneamente de situaciones que afecten gravemente el bien común. Pero llamar a los chilenos a constituirse en vigilantes de sus vecinos solo puede provocar un clima de desconfianza y sospecha, que es lo último que necesita un país que ya padece de un serio déficit de cohesión social.

Esta singular invitación a la denuncia muestra hasta qué punto el pragmatismo político que nos rige nos vuelve ciegos a cualquier variable que escape del criterio de eficiencia. Quizás controlaremos eficazmente un virus, pero arrasaremos con la confianza social en el camino. Basta echar una mirada a Europa del Este para comprender cuán costoso es curarse de esa enfermedad.

Francisca Echeverría

Centro de Estudios e Investigación Social Signos

Universidad de los Andes

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