Tercer retiro: El TC como renuncia a la política



SEÑOR DIRECTOR

El rol de la judicatura es resolver de forma pacífica y conforme a derecho los conflictos que las personas no han podido solucionar entre sí. Aunque es innegable que existen casos que tienen implicancias políticas, esto no es equivalente a hacer política a través de tribunales, cuestión que sucede en la presentación al Tribunal Constitucional que busca declarar la inconstitucionalidad del 10%.

Es evidente que existe disconformidad con el apoyo económico del gobierno en esta pandemia; también el que es una muy mala idea que los ahorros para la vejez sean destinados a costear las carencias del presente.

El problema estriba en que nuestro hiperpresidencialismo reserva en la figura del Presidente la única y última palabra en materia de gasto público, por lo que frente a la contumaz negativa del Ejecutivo de negociar políticamente el apoyo económico que requieren las personas, el quiebre en el diálogo ha tenido como consecuencia que el Congreso promueva iniciativas desesperadas que, en perspectiva, nos empobrecen a todos. En esto es indiferente el sistema de pensiones que se prefiera, pues en todos se necesita que existan ahorros.

El envío al TC de un requerimiento de inconstitucionalidad es el epítome de la renuncia a hacer política. Supone abandonar el camino de encontrar soluciones a los conflictos en el seno del Congreso y en su lugar diferirlos al Tribunal Constitucional.

El Presidente tiene la facultad de solicitar su pronunciamiento sobre esta materia, pero sería prudente ponderar su ejercicio y reflexionar sobre si no resulta acaso más conveniente que los poderes del Estado, que deben hacer política, la ejerzan.

Claudia Sarmiento

Profesora de Derecho Constitucional

Socia Sarmiento & Walker Abogados

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