Toma de conciencia



La punta de un gran iceberg asomó la semana pasada en Frutillar.

Primer encuentro mundial de "empresas B", con  participantes de 50 países.

Emprendimientos privados comprometidos en generar impactos sociales y ambientales positivos. Al hablar, uno de sus organizadores pidió que cada uno se preguntara cuál era el problema social o la injusticia que más dolor le provocaba y a continuación, que pensara cómo la empresa y el mercado podían resolverlo para construir un mundo mejor.

¡Qué potencia adquiere una sociedad cuando no delega, sino asume toda ella, en particular sus emprendedores e innovadores, la responsabilidad de construirse mejor, a la velocidad que exigen los tiempos! 

Es original, pero parte de un proceso más amplio en la empresa. Conciencia mayor de sí misma y reacción  ante abusos, colusiones, despreocupaciones ambientales, tráficos de influencia y otros males, protagonizados por algunas, que sumieron toda la actividad empresarial en el desprestigio.

Forja trabajosa de una empresa "que valora valores" y no utilidades de corto plazo a costos de otros y de su futuro; con coraje para hacerse cargo de que su desprestigio no es por "fallas comunicacionales", sino por comportamientos internos hacia todos aquellos con los que se relaciona y convive.

Las empresas B destacan, pero no son las únicas que están cambiando. Y se nota. Desde 2017, la percepción pública de los gremios empresariales mejora en todas las encuestas. Un fuerte activismo con su sociedad empapa a las empresas. Finalmente, comienzan a asumirse como parte de la sociedad, no como enclaves que se relacionan con ella, ni menos rehuyendo el espacio de lo público.

Esto no excluye nuevas caídas. Pero el iceberg es más grande que su punta de "empresas B". Son los encuentros "3xi" en todo el país entre grandes, medianos y pequeños empresarios, ONG, religiosos, unos de terno y corbata, otros de poncho, o de barba, short y zapatillas, fuerte presencia joven y femenina, convencidos de que de ellos depende sacar Chile adelante

. Es la Asech ya con más de 33.000 socios y socias emprendedores y su G100, empresarios consolidados, apoyando emprendimientos jóvenes en todo Chile. Es la Multigremial de Emprendedores, con más de 300.000 miembros de todas las regiones. Es el "Compromiso País" de grandes empresarios, que aceptaron la invitación del Estado a hacerse cargo de problemas sociales agudos.

Lean "¿Desprestigio Empresarial?" de Pablo Halpern y Francisca Lobos, del Centro de Reputación Corporativa de la Universidad de Los Andes. Encontrarán claves de este proceso.

La empresa, además de actor productivo imprescindible, siempre ha sido un actor social.

Pero con baja conciencia propia de serlo y de las responsabilidades que de eso derivan. Su cambio en esto, asumirse como sujeto de cambio social, es un fenómeno nuevo y muy potente de nuestra realidad. 

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.