Toma de decisiones críticas

19/03/2020 19 March 2020, Italy, Brescia: Doctors check a patient inside an intensive care unit of the Poliambulanza hospital, amid the Coronavirus (Covid-19) outbreak. Photo: Claudio Furlan/LaPresse via ZUMA Press/dpa POLITICA INTERNACIONAL Claudio Furlan/LaPresse via ZUMA / DPA


SEÑOR DIRECTOR

El tema de decidir quién vive, quién muere y quién decide, es uno difícil y complejo. Esta situación de decisión se está viviendo a diario en algunos países afectados por Covid-19. A este respecto, los médicos que juramos el juramento hipocrático, no debemos olvidar tenerlo como un referente.

Obviamente en temas tan complejos y sensibles hay que respetar las diferentes opciones.

Entiendo que hasta este momento, en algunos de esos países que lo están viviendo, ha primado la decisión basada en la “ética utilitarista”, es decir, decidir basado en cuántos años de vida útil y productiva se salvarían en este caso versus este o estos otros casos.

Sin embargo, en algún momento habrá que preguntarse por qué una vida tiene más derecho a seguir viva que otra. ¿Por qué no definir por azar? Una decisión basada en ese principio significa que todas las vidas que están esperando el único ventilador mecánico tienen el mismo derecho y valor. Otro criterio podría ser “por orden de llegada”. En fin, también podría ser un criterio el establecer, de acuerdo con un score de riesgo preestablecido, la probabilidad de éxito (o sea de salvar la vida), sin importar cuán productiva y duradera sea esa vida si sobrevive.

Otra situación terrible para los médicos que estén decidiendo es tener que decidir desconectar a un paciente (”no viable”) para conectar a otro (”viable”).

En lo que estoy de acuerdo es en que existan protocolos de toma de decisión, elaborados por “expertos multidisciplinarios” que guíen la toma de decisiones, aunque siempre dejando un margen de independencia al equipo que “está decidiendo en terreno”.

El objetivo y propósito a alcanzar es actuar de una manera justa, racional y ética de modo de dejar lo más tranquilas posible, tanto a las familias como a la sociedad, y al mismo tiempo disminuir al máximo posible el estrés de los equipos tratantes.

Finalmente, confío en que, entre otros aprendizajes, esta pandemia nos deje más preparados, como sociedad, como médicos y equipos de salud, respecto de estos tan importantes aspectos de la vida comunitaria.

Alberto Estévez D.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.