Transantiago



SEÑOR DIRECTOR

La licitación del Transantiago que acaba de proponer el Ministerio de Transporte -mediante la publicación de sus "contenidos esenciales"- trae tres notables características: en primer lugar, tiene mecanismos sólidos para sacar a las empresas que no cumplen el contrato, gracias a separar la operación de la propiedad de buses y terminales. Segundo, exige buses de alto estándar con piso bajo, aire acondicionado, wifi, sin torniquetes, e incentivo a la adopción de tecnología eléctrica; y, por último, exige cuota de género.

Debemos aplaudir eso. Pero con la misma fuerza debemos criticar sus más notables errores: primero, no tienen, al igual que los contratos actuales, ni una sola palabra sobre hacinamiento; no se mide, no hay incentivos para evitar el transporte "como sardinas", ni multa si ocurre. Segundo, los choferes son ignorados ampliamente, igual que en los contratos actuales. No hay mecanismos para cuidarlos de malas condiciones como los informales Puntos de Regulación en la calle (que siguen existiendo), ni para cuidar a los usuarios del exceso de horas de manejo o el uso de estupefacientes. Y tercero, no se considera en ningún momento la opinión de los usuarios en el pago a operadores.

Estos errores ya los cometimos y sabemos donde nos llevan. No los repitamos.

Rodrigo Quijada Plubins

Coordinador de la Coalición por un Transporte Justo

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