Turquía y el conflicto en Siria

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Los ocho años de conflicto en Siria continúan siendo una amenaza para la paz y la estabilidad de toda la región. Turquía quiere ver a su vecina Siria como un país estable, pacífico, próspero y democrático que se rige de acuerdo con las aspiraciones legítimas de su pueblo y dentro de su unidad política e integridad territorial. El regreso a la normalidad en Siria es primordial para Turquía, ya que las consecuencias del conflicto se sienten más profundamente que en cualquier otro lugar del mundo.

Por un lado, desde 2003, varios ataques perpetrados por DAESH en Turquía han cobrado cientos de vidas de civiles inocentes. Por otro lado, más de 3,5 millones de sirios que tuvieron que huir de su país debido a la violencia en curso, se encuentran actualmente alojados en Turquía.

Por lo tanto, el objetivo principal de Turquía siempre ha sido restablecer la paz, la estabilidad y la seguridad en Siria a través de un proceso político mediado por las Naciones Unidas en línea con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad. En este sentido, Turquía realiza todos los esfuerzos para revitalizar el proceso político en estrecha consulta con la comunidad internacional y la ONU, y mediante su compromiso activo con Rusia e Irán dentro del formato de Astana.

La prioridad de Turquía es acelerar el proceso político mediante la finalización del establecimiento del Comité Constitucional sin más demora. Este tema también estaba en la agenda de la última reunión de alto nivel del formato de Astana en Nur-Sultán, del 25 al 26 de abril de 2019. Los garantes de Astana celebraron consultas con el Enviado Especial de las Naciones Unidas para Siria, con el fin de acelerar el establecimiento y la convocación del Comité Constitucional lo más pronto posible en Ginebra.

Mientras el proceso político avanza lentamente, Turquía tampoco se ha abstenido de tomar medidas para combatir el terrorismo que amenaza su seguridad nacional, así como la unidad e integridad territorial de Siria. Turquía se ha comprometido a derrotar a DAESH y otros grupos terroristas en Siria, porque el pueblo turco está muy familiarizado con la amenaza del extremismo violento.

Por lo tanto, en 2016, Turquía se convirtió en el primer país en desplegar tropas de combate terrestres para luchar contra DAESH en Siria. Nuestra incursión militar cortó el acceso del grupo a las fronteras de la OTAN e impidió su capacidad para llevar a cabo ataques terroristas en Turquía y Europa. Gracias a las operaciones Escudo del Éufrates y Rama de Olivo contra DAESH y PYD/YPG, Turquía logró limpiar de terroristas más de 4.000 kilómetros cuadrados de superficie. Hasta el momento, más de 320.000 sirios desplazados han regresado a estas áreas libres de terrorismo gracias a los esfuerzos de estabilización de Ankara. Turquía está decidida a que no haya una victoria para los terroristas y continuará haciendo lo que debe para garantizar su propia seguridad y el bienestar de la comunidad internacional.Advertisement

Turquía propone una estrategia integral para eliminar las causas profundas de la radicalización y garantizar que los ciudadanos sirios no se sientan alienados y oprimidos, que los grupos terroristas no tengan la oportunidad de aprovecharse de las injusticias de las comunidades locales y que la gente común pueda contar con un futuro estable.

En este punto, es fundamental comprender que Turquía no tiene ninguna discusión con los kurdos sirios, pero no tolerará que ninguna organización terrorista encuentre un refugio seguro en el otro lado de sus fronteras. De hecho, Turquía alberga a más de 300 mil kurdos sirios que huyeron de la tiranía del régimen y/o del PYD/YPG, la rama siria del PKK, que Turquía, los Estados Unidos, la UE y la OTAN consideran una organización terrorista. Si bien no hay duda de que los kurdos sirios no pueden ser identificados con PYD/YPG, Turquía está igualmente convencida de que, como entidad terrorista, PYD/YPG no tiene un poder representativo legítimo en Siria y no se le puede permitir explotar ningún vacío de poder.

Turquía continúa realizando grandes esfuerzos para reducir la violencia y establecer la calma en el territorio. En este sentido, el avance diplomático de Turquía para preservar el área de desescalada de Idlib ha sido una de las principales contribuciones recientes para poner fin al conflicto. El Memorando que firmó Turquía con Rusia en septiembre de 2018 sigue siendo clave para prevenir otra tragedia humanitaria y un nuevo flujo de refugiados a Turquía y Europa. Los continuos ataques del régimen corren el riesgo de desencadenar una catástrofe humanitaria y el fin del proceso político.

Es fundamental que todas las partes interesadas unan sus fuerzas para poner fin al caos y los conflictos y eliminar todo tipo de terrorismo en Siria, además de preservar su integridad territorial. Turquía se ofrece como voluntaria para soportar una pesada carga en un momento crítico de la historia y espera poder contar con el apoyo de la comunidad internacional. Los esfuerzos para tergiversar las iniciativas de Turquía o para pintarlas desde una perspectiva diferente, solo darán como resultado la desaceleración de una eventual solución en Siria.

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