TVN y el futuro de la televisión pública



El nombramiento de la nueva directora de Prensa en TVN sirvió como señal para ilustrar el nuevo clima que vive el canal público. Su llegada es el corolario de intensas negociaciones y luego de producirse fracturas internas que hasta hace algunos días parecían insalvables. Este primer paso es valorable, porque de lo contrario la aguda controversia que afectaba al directorio de la compañía hacía inviable su proyecto.

Esta positiva señal de distensión, sin embargo, no puede hacer perder de vista las delicadas acusaciones cruzadas que se levantaron al interior del directorio, y que deben ser despejadas, porque eventualmente se pudo haber incurrido en faltas al deber fiduciario que cabe a cualquier director. Como se recordará, el presidente del directorio cuestionó a la administración anterior por haber incurrido en irregularidades en la contratación del actual director ejecutivo de la estación –citando un pronunciamiento de la contraloría interna de TVN-, mientras los representantes de la oposición acusaron a su presidente de una maniobra política y de haber filtrado el documento a la prensa, incumpliendo –a su juicio- la ley que regula el funcionamiento de la señal estatal.

Estos problemas coyunturales lamentablemente han eclipsado la verdadera discusión sobre el rol que debe jugar la televisión pública y su estrategia de sustentabilidad. Hasta ahora el canal público ha sido una fuente de generación de pérdidas, y en vez de adaptarse a la profunda reestructuración que vive la industria, ha optado por la defensa corporativa y por destacar su "vocación pública", aunque sea el mismo público el que hace un buen tiempo optó por otros canales o medios de comunicación, hundiendo a la estación en las mediciones de audiencia.

Es por esto que los altos ejecutivos de TVN, así como también el gobierno, tienen la responsabilidad de decirle al país qué modelo de televisión pública ofrecerán y cómo lo harán sustentable. Ello resulta especialmente necesario ante los recursos que recibirá próximamente el canal por concepto de capitalización -US$ 47 millones-, además de fondos para una señal cultural, los cuales arriesgan a ser dilapidados en la medida que se carezca de estas definiciones estratégicas.

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