Un mejor sistema de pensiones



Por Rodrigo Galilea, senador de la República

Después de más de un año de análisis y conversaciones, la Comisión de Trabajo del Senado aprobó la idea de legislar una reforma a las pensiones, en base a lo que antes ya había respaldado la Cámara de Diputados. Esto coincide con los anuncios realizados por el Presidente Sebastián Piñera, orientados a mejorar los beneficios y ampliar el universo de beneficiarios del Pilar Solidario.

Es importante resaltar los objetivos que ya parecen estar fuera de discusión para articular el futuro de nuestra arquitectura previsional. En primer lugar, que sea cual sea el comportamiento de las personas en materia de ahorro, todos deben recibir una pensión básica que esté sobre la línea de la pobreza, esto es, cerca de $175 mil y que este beneficio sea lo más universal posible. La reforma aprobada tiene buena parte de ese desafío resuelto y los anuncios recientes son un avance sustantivo en esa línea. En segundo lugar, hay consenso en que el buen comportamiento previsional -la formalidad y el pago de cotizaciones- debe ser reconocido y premiado.

Quienes han cotizado un buen número de años (se establecen en 30 años), debieran tener asegurada una pensión al menos equivalente al sueldo mínimo actual. En tercer lugar, el sistema de Aportes Solidarios, que complementan el ahorro personal, debe ser suficientemente universal para evitar injusticias redistributivas en personas qué en la práctica, pertenecen a un mismo nivel socioeconómico. Por eso, ampliar los beneficios al 80% de la población más vulnerable es muy relevante.

En cuarto lugar, hay que dar un mayor espacio a la solidaridad. ¿Qué significa esto? Que debe haber más recursos para financiar brechas de género e intergeneracionales. ¿De dónde sacar esos recursos? Este es el tema aún no resuelto: ya existe un acuerdo en el proyecto de la Cámara de Diputados para destinar tres puntos de la nueva cotización a ello. Además, el gobierno ha señalado su disposición en comprometer más recursos a través del Tesoro Público y el término de algunas exenciones. Esto lo debemos despejar cuanto antes, lo mismo que establecer una institucionalidad pública nueva, que se haga cargo de administrar con criterio de eficiencia, rentabilidad y sustentabilidad, los fondos que se recaudarán con estos seis puntos de cotización adicional.

Dicha institución debiera definir la forma en que las personas colaboran con el Pilar Solidario y a la vez ahorran para su vejez. En palabras simples, el sistema debe ser fácil de comprender y fiscalizar por la ciudadanía. Por otra parte, sin duda hay espacio para mejorar el funcionamiento de las AFP. Si bien sería injusto culparlas de las bajas pensiones en Chile, hay que incorporar mayor competencia y lograr que los resultados financieros de las mismas tengan vinculación con la rentabilidad de los fondos, incorporar a los ahorrantes en la gestión de las mismas, etc. Muchos de estos elementos están considerados en el proyecto aprobado por la Cámara y que las indicaciones del gobierno buscan perfeccionar.

Es fundamental que la reforma impacte de manera positiva y de inmediato. Por lo mismo, habiendo suficientes concordancias en el diagnóstico, cuesta entender la reacción de algunos frente a los anuncios del Ejecutivo, que son un paso fundamental para mejorar la vida de millones de chilenas y chilenos que necesitan respuestas ahora. Es urgente poner sobre la mesa los muchos puntos y consideraciones que nos unen y manejar como corresponde, con diálogo y disposición, las diferencias a nivel parlamentario, de manera de ser capaces de construir, en el más breve plazo, un acuerdo que indudablemente nos va a transformar en el país más digno y justo que todos queremos.

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