Una luz dentro de la oscuridad

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Ministra de Educación, Marcela Cubillos, junto a diputados de Chile Vamos festejaron el despacho de la ley. FOTO: DEDVI MISSENE


El ambiente político lamentablemente está cada vez más oscuro y polarizado, como lo hemos visto a raíz del confuso incidente de La Araucanía en que no sólo se emiten airadas y taxativas declaraciones políticas, antes de que siquiera se inicie la investigación, sino que se desata una violencia absolutamente irracional.

Veamos el ambiente. Esta semana se supo que una pareja de políticos más bien inmaduros visitaron a escondidas, en Francia, a un terrorista condenado por la justicia y el tema se robó la agenda; los griteríos políticos se enardecieron por ambos lados. La comisión de familia, encabezada por una parlamentaria con menos del 1% de votos, rechaza un aumento de $ 3.200 diarios para los niños del Sename. Por otro lado, la Cámara pide una investigación por el cierre de una fábrica de zapatos. Otros parlamentarios se disfrazan para ir al Congreso. El canal nacional sigue haciendo agua por los cuatro costados, pero la contienda es política más que técnica.

La preocupación central de algunos políticos es el nombre del aeropuerto de Santiago, con claros matices políticos y el tema se toma la agenda. Por otro lado, salen inéditamente a retiro 22 generales del Ejército a raíz de irregularidades administrativas. También se supo del deterioro del Instituto Nacional, un símbolo nacional que se nos apaga y que nadie quiere que ocurra. Quizás lo más curioso es ver a la oposición hablando de la debilidad de la economía cuando las cifras dicen exactamente lo contrario, críticas favorecidas por un curioso "error" del INE en materia de salarios. Este año la economía crecerá al 4%, tres veces más que el gobierno anterior, está generando unos 160 mil empleos por año, la inversión, de ser negativa, empezó a crecer. ¿Cuál es la lógica de negar los datos? Quizás la famosa posverdad o la estrategia del bloqueo.

En ese contexto enrarecido asoma una pequeña luz de esperanza en la posibilidad de lograr acuerdos de carácter republicano, el camino que siempre ha tratado de facilitar el actual gobierno y que es el único que genera desarrollo. La colaboración es siempre más productiva que la lucha.

El hecho es que se aprobaron, con amplias mayorías, dos temas relevantes: el presupuesto 2019, y el emblemático proyecto de Aula Segura. Ambos iluminan la lógica de la colaboración republicana, la búsqueda generosa de los acuerdos, y de entendimientos. Por cierto que la izquierda dura, léase Partido Comunista y Frente Amplio, se opusieron en bloque a la posibilidad de defensa de los colegios frente a la violencia extrema, lo que nos permite suponer que son ellos quienes directa o indirectamente la fomentan. Son los mismos que han empujado la violencia después del incidente del sur.

En el presupuesto, la oposición actuando constructivamente, y el gobierno receptivamente en un presupuesto muy restrictivo, propuso reasignaciones para universidades públicas, cultura, y ciencias, y se llegó a un acuerdo total. En el Aula Segura, se da una señal simbólica a la sociedad en relación con la violencia, que es enemiga natural de la democracia, tema que es crítico en nuestra historia reciente y que nadie quiere repetir.

No puede haber ambivalencia con la violencia, y en este caso se impuso la lógica republicana. Un aplauso para todos. Ahora es posible empezar a hablar de los temas de fondo en educación. Cuando triunfa la lógica de los acuerdos ganamos todos, gana el país, pierden los más extremistas, del lado que sean. Bravo. Pero lo ocurrido desde el jueves, apagó esa pequeña luz y me temo que la irracionalidad de la izquierda extrema la mantendrá apagada por mucho tiempo. Los ciudadanos tienen la palabra.

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