Un día después de que "Una mujer fantástica" ganara un Óscar como mejor película extranjera, me reuní en un café con Enid Soledad, otra mujer fantástica que hace tres años empezó a escribir su propia película: transitar de Adolfh a Enid, nombre femenino que significa "la que tiene vida".

Cuando nos saludamos lo primero que me comentó es que aún estaba muy feliz por el gran reconocimiento que había recibido el film chileno, pues había permitido visibilizar la discriminación y las vulneraciones que viven a diario las personas trans.

Enid Soledad tuvo que lidiar con los primeros maltratos al interior de su familia, como suele ocurrir en muchos casos. Su padre- quien lo bautizó como Adolfh en honor a Adolfh Hilter- era un hombre homofóbico, violento y autoritario. Su madre era una mujer sumisa, oprimida y anulada por su marido.  Tanto la madre como el padre trabajaban mucho porque los recursos económicos eran escasos.  Enid encontró refugio por un tiempo en su abuela, quien le ofrecía cariño y complicidad cuando las muñecas y los vestidos apaciguaban sus días de infancia.

Al cumplir los 18 años huyó de inmediato de su casa, pues su padre la quería enviar al servicio militar con el objetivo de "corregirla". Fue allí cuando dieron frutos aquellas largas tardes de lectura y de cuadernos que acompañaron su solitaria adolescencia. Enid obtuvo buenos resultados académicos y pudo ingresar a la universidad. Así, compatibilizando trabajo y estudios se convirtió en ingeniera de sistemas. Actualmente se desempeña en una importante empresa, donde- por supuesto- es llamada "Adolfh". "Vivo una doble vida, para ir a trabajar me visto de hombre", me cuenta.

La vida de Enid Soledad ha tenido muchas vueltas. A los 30 años cuando aún "no salía del clóset" contrajo matrimonio con una mujer, de quien estuvo enamorada por mucho tiempo; pero tras 7 años de casados vivieron una crisis matrimonial que les significó asistir a terapias de parejas. Esto desencadenó en la separación y en que Enid se encontrara cara-cara con su verdadera identidad.

Ella siempre supo que era mujer, pero no sabía qué nombre darle a lo que sentía.  Sin embargo, cuando empezó a conocer más sobre identidad de género -gracias al apoyo que recibió en la OTD (Organizando Trans Diversidades) – decidió darse la oportunidad de reconocerse quién era no importando el costo que implicaría.  "Prefiero que me odien por lo que soy a que me amen por lo que pretendía ser", menciona con seguridad.

Esta mujer trans lesbiana cuenta que nunca pensó que su vivencia tan íntima le instaría a convertirse en una defensora de los derechos humanos. "No siempre fui valiente y el primer paso que tuve que dar fue dominar el miedo", menciona con una voz suave y baja que no se condice con la fuerza que tiene para seguir transitando.  Actualmente participa como voluntaria en Amnistía Internacional y también hace activismo virtual. Si bien, a través de las redes sociales recibe insultos y ofensas, también recibe mensajes de jóvenes trans que buscan compañía en su transitar. Esto indudablemente la honra y la inspira a seguir batallando contra la discriminación.

Enid mantiene su sonrisa leve a lo largo de toda nuestra conversación, incluso cuando recuerda las vejaciones y el bullying que ha tenido que enfrentar en cada etapa de su vida. "Tomé un problema y lo convertí en acción", menciona cuando se refiere a la lucha que está dando a favor de los derechos de las personas de la diversidad sexual y de las mujeres. "Soy feminista, pues estoy consciente de que todos ganan cuando se da a la mujer el espacio que debe tener, cuando se le reconoce su dignidad y derechos".

Actualmente lleva 1 año y 7 meses con tratamiento hormonal y está tramitando el cambio de su nombre e indicador de género en sus documentos oficiales, pero como Chile aún no cuenta con una Ley de Identidad de Género, este proceso ha sido largo, engorroso, caro y denigrante. Pero nada detiene a Enid, a sus 40 años sabe de obstáculos y sabe cómo enfrentarlos. "Soy una persona resiliente y en este tránsito a mujer me siento más fuerte, libre y sobre todo más humana".