Venezuela: un problema geopolítico



SEÑOR DIRECTOR

Las recientes declaraciones del secretario general de la OEA, Luis Almagro, efectuadas en la frontera colombo-venezolana, en cuanto a que no debiera descartarse la intervención militar para derrocar al régimen chavista han causado múltiples reacciones en el hemisferio.

Si bien esto pudiera interpretarse como una torpeza diplomática que socava al sistema panamericano, los efectos políticos que produjeron sí nos permiten extraer, por lo menos, tres conclusiones. En primer lugar, el comunicado del Grupo de Lima en rechazo a estas declaraciones nos demuestra la división interna que existe en su seno puesto que tres países no lo firmaron, con lo cual se comprueba la pérdida de relevancia regional de esta improvisada asociación para encauzar posibles vías de solución coordinadas. En segundo lugar, uno de los miembros del Grupo de Lima que no avaló este comunicado fue Colombia, principal país afectado por la crisis humanitaria venezolana. Este comportamiento colombiano puede bien ser leído como un tácito respaldo a las palabras de Almagro y, por ende, deja de manifiesto la magnitud de la tensión existente entre Bogotá y Caracas. Por último, solo cabe constatar que la actual situación de Venezuela no puede ser ya reducida a un mero problema migratorio y/o humanitario, sino que representa crecientemente, por sí misma, un desafío mayor a la estabilidad geopolítica de América del Sur.

Jaime Pinto Kaliski

Doctor en Ciencia Política

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