Volvamos a educar a la ciudadanía

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Con la vuelta a la democracia Chile encabezó varios desafíos en varias áreas del país. En materia de salud, uno de los desafíos más grandes era abordar por primera vez el VIH y su proliferación en nuestra sociedad. En esa época, el uso de palabras como 'condón' era un fetiche que fue difícil de introducir en el  lenguaje común de las personas y de los medios de comunicación, pero que se logró gracias a un minucioso trabajo multisectorial con la participación de ocho ministerios encabezados por el Ministerio de Salud.

Las cifras que entregó ONUSIDA muestran que en Latinoamérica la tendencia va en disminución, salvo por algunos casos específicos, entre los cuales se encuentra Chile, que tiene el mayor porcentaje de aumento de nuevos contagiados en la región, junto a Bolivia, Brasil y Costa Rica.

Lo más importante para volver a generar hábitos y revertir estas cifras es entender que no existen soluciones mágicas. Los contagiados con VIH pasaron de 67 mil a 71 mil en nuestro país y no basta con una campaña esporádica o puntual para evitar nuevos casos, la tendencia sólo disminuirá con procesos enfocados a modificar las conductas de la sociedad.

Estamos frente a una oportunidad para volver a educar a nuestra población en el uso responsable de preservativos para prevenir enfermedades de transmisión sexual y esa debe ser la forma de afrontar este problema. Debemos realizar procesos educativos, que permanezcan en el tiempo y no se vean alterados de un gobierno a otro, debemos generar una política de estado, la que debe ser, basada en evidencia científica, responsable y a largo plazo.

Además, existe otra arista fundamental a abordar, pues de los 71 mil casos de contagiados de VIH en Chile, cerca del 86% está en conocimiento de su enfermedad, para los cuales es necesario mantener una política de educación continua, para que eviten contagiar a otras personas y se mantengan en los tratamientos adecuados para que sigan como portadores y nunca lleguen a manifestar la enfermedad.

Por eso las declaraciones del Ministro de Salud, Jaime Mañalich, no apuntan en la dirección correcta. Responsabilizar a un gobierno o a una campaña específica, no es serio, toda vez que los fenómenos de salud en general  y de esta enfermedad en particular son multicausales y obedecen a una cadena de causalidad, por lo cual para realizar una afirmación como la realizada por el ministro se requiere de estudios epidemiológicos, metodológicamente bien realizados, para lo cual lo deben realizar las universidades, y solo sobre la base de esos estudios se podrá atribuir causalidad a uno u otro factor.

Es de esperar que se retome la cordura y no se politice un problema tan importante. Los problemas que aquejan a la atención de salud como los de salud pública son muy serios, por  tanto deben abordarse con políticas de estado de largo plazo que generen un cambio cultural, que fomente el ejercicio de una sexualidad responsable, incluyendo el uso de preservativos, que incentive a la población a realizarse test rápidos para detectar el posible contagio, y que se mantengan en tratamiento continuos y completos a los ya contagiados. Solo así podremos retomar el camino correcto para enfrentar el VIH Sida en nuestro país.

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