Yo no soy el problema



SEÑOR DIRECTOR:

Los escucho quejarse de la violencia delictual. Se quejan mientras se suben al Transantiago sin pagar, mientras conducen con el celular. Se quejan mientras evaden impuestos, se coluden con la competencia, y se apropian de las riberas de los lagos. Se quejan mientras se cuelgan a la luz, no pagan los gastos comunes y grafitean los muros. Mientras hacen fiestas a todo volumen, dejan a la exesposa sin pensión y a la nana sin imposiciones.

Pensamos que nuestros delitos son insignificantes al lado de traficar droga con pistola en mano, que nada tiene que ver con carabineros muertos. ¿Es así? La teoría de la “ventana rota” dice que una comunidad donde los delitos se ven a diario, abundantes, a vista y paciencia de todos, sin fiscalización, crea una cultura de impunidad: gente, especialmente jóvenes, convencidos de que violar la ley es gratis.

En Chile no es una ventana rota, sino ventanales completos desde hace años. ¿Cómo sorprenderse de lo que vivimos hoy?

Rodrigo Quijada Plubins

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