Agenda de cuidados y trabajo doméstico no remunerado: ¿Qué dicen los candidatos?




El trabajo de cuidados no remunerado fue uno de los temas que más marcó la agenda de género durante la pandemia. Con los jardines infantiles y colegios cerrados, y la instalación del teletrabajo, fueron las mujeres las que se vieron obligadas a responder a un sinfín de demandas asociadas a esta materia, aumentado su carga física y mental, y profundizando también las desigualdades económicas y de género.

Uno de los estudios más recordados sobre el tema es el que realizo el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, en conjunto con ONU Mujeres y el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, titulado Radiografía al Hombre Cero. Los datos de la investigación -que incorporó más de 1.600 encuestas en todo el país- fueron esclarecedores: En Chile, el 71% de los hombres le dedica cero horas semanales al apoyo escolar de sus hijos; el 57% cero horas al cuidado de niños; y 38% cero a tareas domésticas. Si ellos no lo hacen, ¿entonces quién?

Esta sobrecarga no solo está alejada de la idea de corresponsabilidad -que es lo que proponen organismos como la OIT-, sino que atenta contra la educación, el ocio, la participación política y, sobre todo, empleo remunerado que pueden tener las mujeres. Durante la crisis sanitaria, eso quedó más que demostrado. Según el boletín Género y Empleo: Impacto de la Crisis Económica por Covid-19 del Instituto Nacional de Estadísticas, en el trimestre octubre-diciembre de 2020, un 33,9% de las mujeres declaró tener razones familiares permanentes (es decir, la realización de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado) como principal razón para no participar en el mercado laboral, versus el 1,7% de los hombres en el mismo indicador. La principal razón de los varones para no buscar un empleo, en cambio, era dedicarse a los estudios, con un 38,4%.

Pero, ¿qué se puede hacer, a nivel de política pública, para reconocer este trabajo? Esa fue la pregunta que trataron de contestar en el estudio Reflexiones y estrategias para reconocer el trabajo de cuidados no remunerado en Chile, lanzado en octubre por ComunidadMujer, en colaboración con la Fundación BHP. La investigación, que aborda la situación de los cuidados a la luz de la evidencia internacional, entregó dos grandes recomendaciones. Por un lado, se sostiene que es clave medir y valorizar el trabajo de cuidados no remunerado. Para eso, se propone dar sistematicidad a las “Encuestas Sobre Uso del Tiempo” -en Chile, solo tenemos una que se hizo durante 2015- e incorporar las denominadas “Cuentas Satélites del Trabajo No Remunerado en los Hogares”, que permiten cuantificar, de manera regular, el impacto macroeconómico de esta actividad.

Como segunda recomendación, se afirma que -para reconocer- es relevante avanzar en temáticas asociadas a la protección social. Ahí aparece la idea de aplicar un piloto de renta básica universal, para entregar un piso mínimo de seguridad y autonomía económica; implementar transferencias monetarias para remunerar los cuidados informales; y explorar en la alternativa de los créditos jubilatorios por cuidados infantiles y de personas dependientes. “Este estudio viene a complementar una propuesta que tenemos en ComunidadMujer que es la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, que sea considerado como un cuarto pilar de la protección social, y donde se involucre a la infancia y la vejez. En Chile, tenemos algunas experiencias, pero hay que fortalecerlas. Ahí aparecen los cuidados domiciliarios, el programa Chile Cuida, los subsidios que se entregan a mujeres que cuidan a personas con discapacidad severa, pero la idea es tomar lo que hay, organizarlo, fortalecerlo y sistematizarlo para que no sean programas aislados. Darle una institucionalidad que nos permita construir nueva infraestructura y gobernanza”, sostiene Alejandra Sepúlveda, presidenta ejecutiva de ComunidadMujer.

Para eso, se necesita de voluntad política. Por eso, desde la organización han mirado desde cerca el trabajo que se está realizando en la Convención Constitucional, pues aseguran es vital que en la nueva carta magna se reconozca el valor social y económico del trabajo doméstico no remunerado. Sin embargo, esta demanda también debe ser recogida desde el Poder Ejecutivo para que se impulsen políticas públicas en la materia. “Cuando se miran las propuestas de los candidatos, hay ciertos elementos de esta problemática y, dependiendo del sector, están más o menos resueltos en sus propuestas”, sostiene Sepúlveda.

¿Qué dicen los candidatos?

En Paula, revisamos los programas de los candidatos presidenciales para ver de qué manera abordan los cuidados y el trabajo doméstico no remunerado, de acuerdo a tres ejes: Institucionalidad, corresponsabilidad en la crianza y seguridad económica y social.

1. Institucionalidad:

Según ComunidadMujer, avanzar en un Sistema Nacional de Cuidados es el piso mínimo que debería considerar un próximo gobierno. “Sería una política pública que no solo beneficia a mujeres, sino a la infancia y adultos mayores. Es muy virtuosa y puede ser progresiva. Lo relevante es generar la arquitectura que necesita un Sistema Nacional de Cuidados porque son muchas las dimensiones: Normativa, de política pública, de infraestructura, de gobernanza, de coordinación de ministerios, de participación y de descentralización. Necesitamos construir esto de manera sostenible, a largo plazo y que, lo que haga el gobierno que viene, lo continúe el siguiente”, dice Alejandra Sepúlveda.

En las intervenciones públicas, probablemente quien ha puesto mayor énfasis en esta propuesta es el candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric. En su programa, el diputado sostiene la creación de un Sistema Nacional de Cuidados que busca coordinar a las diversas instituciones, bajo seis pilares fundamentales: Corresponsabilidad social, participación de la comunidad en su gobernanza, universalidad, pertinencia local, cuidado comunitario y gestión de datos. “Para dar respuestas a las demandas de cuidado, proponemos transitar desde un sistema familiar hacia uno de corresponsabilidad social de los cuidados, que involucre a los hogares, las comunidades y el Estado, con igualdad entre hombres y mujeres para desfeminizarlos y cuyo norte sea la superación de la injusta división sexual del trabajo y la precariedad en la que se ejecutan estas labores”, sostiene Paula Poblete, coordinadora del Sistema Nacional de Cuidados del comando de Boric.

En el marco de ese Plan, se busca crear la figura remunerada del Agente Comunitario del Cuidado, y se pretende establecer el “respiro” como un derecho básico. Además, se propone: ampliar y mejorar el programa Chile Crece Contigo, generar una red pública nacional de Centros de Desarrollo Integral Infanto-adolescente para NNA con Trastornos del Espectro Autista, implementar una política del envejecimiento digno, activo y saludable, crear centros de cuidados comunitarios con participación de organizaciones sociales, modernizar el sistema actual de Establecimientos de Larga Estadía (ELEAM), fortalecer la hospitalización domiciliaria y el apoyo de asistentes personales en el caso de personas con dependencia funcional, fortalecer el Plan Nacional de Alzheimer y otras demencias, entre otros. “A diferencia de otros planes, el nuestro contempla una reforma tributaria que tiene comprometidos importantes recursos para realmente avanzar en la implementación de este sistema, que aborde la materia integralmente y no como un programa aislado”, dice Paula Poblete.

El candidato de Chile Vamos, Sebastián Sichel, también apuesta por crear un Sistema Nacional de Cuidados, poniendo énfasis sobre todo en el reconocimiento de esta labor, mediante la creación de una red nacional de cuidadores y cuidadoras que -dicen- serán capacitadas/os y certificadas/os por el Estado dentro de los 100 primeros días de gobierno. En esa línea, el plan de gobierno del ex ministro de Desarrollo Social y Familia sostiene que se creará la categoría laboral de cuidado para formalizar esta labor, además de especializar esta función para reconocer las distintas competencias que se requieren en este trabajo. Además, se propone entregar apoyo a cuidadores de NNA con discapacidad y avanzar en ayudas económicas y pagos de cotizaciones a grupos críticos y cuidadoras informales.

“Nuestro sistema busca potenciar el cuidado estableciendo estándares, creando una red certificada y creando una categoría laboral de cuidado. No es un sistema asistencialista, sino que busca crear y reconocer empleos calificados entendiendo que es un trabajo que será necesario en el futuro. La red busca ampliar la base de cuidadores porque la demanda, sin duda, aumentará y también es una base que puede usarse para trabajos flexibles para reemplazo de cuidadores 24/7″, sostiene Victoria Paz, jefa programática del comando de Sebastián Sichel.

Mediante una mesa de trabajo intersectorial, la candidata de Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste, también busca crear una Estrategia Nacional de Cuidados, que tiene como objetivo atender las necesidades tanto de las personas cuidadas, como también de quienes hacen esa labor. Para eso, afirman, se pretende fomentar la corresponsabilidad, mejorar la regulación, coordinación y oferta de los servicios existentes en cuanto a cuidado; y promover la salud y bienestar general de las personas que ejercen estas labores. “Remover las inequidades de género, en particular en la distribución de la carga de trabajo de cuidados es un imperativo para nuestro futuro gobierno. Desde ahí, la perspectiva de género es un eje transversal de nuestra propuesta programática”, sostiene Francisca Pérez, representante del comando de Yasna Provoste en el webinar ¿El Estado debe contar con una agenda de cuidados? de ComunidadMujer.

Finalmente, el candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, pone el acento solo en la primera infancia, pues propone -en el punto 694 de su programa- la creación de un ‘sistema integral’ de cuidado de hijos e hijas en edad pre-escolar, para madres y padres trabajadores, en reemplazo de la actual sala cuna. Sin embargo, no se entregan más detalles ni se profundizan en otros modelos para reconocer el trabajo doméstico no remunerado. Por su parte, los candidatos Enríquez-Ominami, Parisi y Artés no presentan propuesta en esta área temática en particular.

2. Corresponsabilidad en la crianza

Uno de los puntos que reúne más apoyo en cuanto a corresponsabilidad es la extensión de la cobertura del postnatal parental para los hombres. En eso coinciden Provoste, Boric, Sichel y Enríquez-Ominami, aunque con matices en cuanto a la extensión. “Está muy bien que haya unanimidad en estos temas, porque lo que se hace es recoger una necesidad. Actualmente solo un 0,2% de los padres se toma el postnatal parental y eso es porque no son derechos propios, sino que la madre se los cede”, dice Alejandra Sepúlveda.

Los candidatos también han presentado propuestas entorno a la flexibilidad laboral para que, padres y madres, puedan compatibilizar el trabajo con las labores de crianza. Gabriel Boric, por ejemplo, sostiene la creación de permisos de libre disposición para trámites de cuidados, además de una política laboral que permita conciliar la vida y el trabajo.

Sichel, en su vereda, propone flexibilidad para quienes comparten labores de crianza, entregando incentivos a quienes expresen llevar este trabajo de manera compartida. Provoste, por su lado, también va por la flexibilidad laboral y sostiene la intención de ampliar el permiso por enfermedad grave del hijo/a menor de un año. Finalmente, Enríquez-Ominami coindice respecto a la implementación de dicha iniciativa, y busca incluir a los hombres en las políticas laborales sobre las licencias y guarderías, y extender el derecho de sala cuna a todas las madres con hijos menores de dos años, independientemente del número de mujeres que trabajen en la empresa o institución.

En cuanto a corresponsabilidad, el candidato del Partido de la Gente –radicado en Estados Unidos-, Franco Parisi, solo menciona el establecimiento de una “Ley de Responsabilidad Parental” para reducir los casos de negligencia parental y hacer efectivas las obligaciones de quienes están a cargo del cuidado de niños y jóvenes. Una medida que propone en medio de cuestionamientos asociados a una deuda de $207 millones que mantiene en pensiones alimenticias adeudadas a sus hijos mayores y que lo tienen con orden de arraigo, de acuerdo a información publicada por Canal 13.

El candidato de Unión Patriótica, Eduardo Artés, propone apoyar la corresponsabilidad mediante el desarrollo de un sistema legal y educativo que “haga al hombre igualmente responsable y parte de la crianza de sus hijas e hijas”. Además, releva la idea de reforzar los sistemas de sala cuna y plantea la alternativa de un nuevo sistema de maternidad, con un postnatal de dos años para la persona gestante y seis meses para los que acompañan en el proceso.

3. Seguridad Económica y Social

Reconocer el trabajo de cuidados en todas sus dimensiones implica pensar en el sistema de pensiones y protección social. En ese aspecto, Sichel, Boric y Enríquez-Ominami coinciden en establecer una transferencia monetaria por el trabajo doméstico y de cuidados. En el caso del candidato de Apruebo Dignidad, su propuesta apunta a entregar un monto igual al salario mínimo a aquellas cuidadoras o cuidadores de personas con dependencia severa que tengan menos de 60 años. Ese monto “será imponible y transformará a estas personas cuidadoras en contribuyentes del sistema de seguridad social”. Además, pretende crear una credencial a quienes realicen este trabajo -que otorgará ciertos beneficios sociales- e integrar a las personas a una red comunitaria de cuidados.

Sebastián Sichel, también propone avanzar en apoyo económico a cuidadoras de grupos vulnerables y que estén en la informalidad, “de forma de reconocer su trabajo y lograr una jubilación mejorada”, mientras que la senadora Provoste apuesta por establecer una compensación previsional que reconozca la labor no remunerada que realizan las mujeres al interior del hogar. Finalmente, Marco Enríquez-Ominami busca crear un proyecto de ley para garantizar un ingreso permanente para las mujeres que dedican su tiempo al trabajo del hogar, madres cuidadoras con niños/as o familias en condiciones de vulnerabilidad o discapacidad, que ampare todas las edades en que se vive la condición especial”.

En su programa, Artés sostiene la posibilidad de entregar a las “dueñas de casa” (sic) un ingreso subsidiario mensual a modo de remuneración, mientras que evaluará implementar para este grupo “sistemas de trabajo de media jornada”. Además, afirma que, en el caso de las personas que crían a sus hijos hasta la edad escolar, su jubilación tendrá que considerar esos años no trabajados.

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