Alejandra Urrutia, primera mujer chilena en dirigir la Orquesta Filarmónica de Santiago: “Ser la primera es una presión extra. Algo que los hombres no sienten porque ellos siempre han tenido los espacios”




“Hubo una energía especial y poderosa; el público reaccionó súper bien. De hecho no alcancé a terminar la obra cuando escuché “¡bravo!”. Eso te dice mucho de la energía que se genera en un concierto. Fue un momento importante para mí”, dice Alejandra luego de su presentación del 19 de marzo en el Teatro Municipal de Santiago, día en que se transformó en la primera mujer chilena en dirigir la Orquesta Filarmónica de Santiago.

Llegó hasta allí invitada por Carmen Gloria Larenas (primera mujer directora del Teatro Municipal de Santiago) para realizar un programa que según Alejandra fue doblemente especial, ya que incluyó el estreno en Chile de dos obras creadas por mujeres compositoras: la Sinfonía Nº3 en Do menor, de Florence Price, primera afroamericana reconocida en el ámbito de la música docta; y la Obertura Nº2 en Mi bemol mayor, Op. 24, de la francesa Louise Farrenc. Junto a estas obras también se interpretó el Concierto de Aranjuez, uno de los más famosos conciertos para guitarra de la historia.

Pero Alejandra, quien se formó en la Universidad de Michigan, antes de este hito en su carrera ha desarrollado un extenso currículum: es la primera mujer directora de la Orquesta de Cámara de Chile (OCCH) y desde 2017 es directora titular de la Orquesta de Cámara del Teatro Municipal de Santiago. Además ha trabajado como directora, violinista y educadora en Alemania, Hungría y Argentina.

Eres la primera mujer chilena que dirige la Orquesta Filarmónica de Santiago ¿Cómo se siente transformarte en un hito?

Hago el ejercicio de no enfocarme en eso porque si no sería mucha la presión. Y la música en sí implica mucho trabajo, constancia y presión. Sin embargo, por supuesto que me siento tremendamente honrada y privilegiada por ser la primera mujer chilena dirigiendo la Filarmónica, que es una gran orquesta.

¿Cómo se gestó que asumieras esta responsabilidad?

Soy directora de la Orquesta de Cámara del Municipal y esta invitación me la habían hecho hace un par de años, pero debido a la pandemia no pudo realizarse antes. Fue una invitación que me hizo Carmen Gloria Larenas, quien me conoce a través de la Orquesta de Cámara. Ella confió en mi trabajo.

Tu relación con la música viene desde muy niña, en tu casa: tu papá fue contrabajista y violinista, y además tienes un hermano pianista. Pero las mujeres de tu familia no siguieron ese camino ¿Has pensado por qué tú sí lo hiciste, aunque tus referentes son hombres?

Mi mamá no es músico y tengo una hermana mayor que tampoco lo es. La verdad es que no me había hecho esa pregunta. Bueno, definitivamente está la influencia masculina de mi papá y mi hermano, pero honestamente no le había dado pensamiento, sin embargo, me parece importante que lo comentes. Claro, sobre todo la dirección (de orquestas) es considerada un espacio para hombres. Me pasa que desde pequeña siempre fui muy observadora, siempre tuve esa fuerza de voluntad de creer que lo que quisiera lo iba a conseguir, y no sé si eso es una característica masculina, tal vez… Estoy tratando de entender. Lo que sí sé es que nunca calcé en el estereotipo de que por ser mujer mi destino sería casarme y tener hijos, no era mi plan. Además que siempre fui una enamorada de la música, entonces desde niña fue mi mundo, me llenaba y lo sigue haciendo, no sentí que necesitara algo distinto.

A muchas niñas y jóvenes la falta de referentes mujeres en ciertos ámbitos les restringe las posibilidades o caminos que pueden tomar en la vida. Al parecer eso a ti no te pasó.

La verdad es que esto que me planteas nunca lo vi. Pero también tiene que ver con mi personalidad. Soy ingenua a ratos, no me doy cuenta de ciertas cosas y eso podría ser una virtud en este caso, porque nunca vi esos límites con los que me podría haber encontrado por ser mujer. Suelo avanzar sin pensar mucho. Y en el caso de la música, no lo vi como un mundo masculino. Ahora que me haces la pregunta, me lo estoy preguntando yo también, tratando de entender o recordar cómo me sentí con mi hermano y mi papá. Igual ellos dos no tienen nada de machismo; mi papá es un hombre muy dulce y siempre me apoyó en todo en la música. Y con mi hermano siempre nos llevamos bien, nuestra conexión fue por el lado de la música, más que del género. Y la verdad es que no sé cómo habrán visto ellos a esta mujer en la música. La verdad es que me abriste un espacio para reflexionar.

Has hecho tu carrera en un mundo de hombres, ¿tienes alguna referente mujer?

Sí, es cierto que me relaciono mucho con hombres. Hay una directora que es Marin Alsop (Nueva York, 1956) que ha sido la primera en todo, pero en el mundo. Ella ha sido un tremendo referente para las directoras mujeres, y ahora que he estado pasando más tiempo en Viena, he tenido la oportunidad de trabajar con ella: postulé a una beca que gestiona para directoras mujeres donde quedé semifinalista y también participé de uno de sus programas de mentoría. En estos espacios hemos tenido conversaciones y eso me llevó a ser partícipe de esta familia de directoras mujeres, lo que ha sido súper importante para mí.

Por su trabajo, pareciera que Marin Alsop sí vio esta brecha de género en la música y ha procurado abrirles camino a otras mujeres en la música.

Coincidió que justo antes de venirme a Chile, hace un par de semanas, recibí una invitación para ir a ver un documental sobre ella, The Conductor. Es muy hermoso y en él ella comparte cosas que le han pasado que no fueron para nada amables ni cómodas. Y luego hubo un periodo de preguntas y respuestas y ahí comentó lo importante que es para las mujeres tener oportunidades para equivocarse. Porque la dirección de orquesta requiere de práctica para crecer, es como un tenista que tiene que estar en la cancha para mejorar. Es la experiencia la que te hace mejorar, pero si no tienes esas oportunidades, ¿cómo lo haces?

¿Y eso termina generando más presión en las directoras? Como hay pocos espacios, sienten que las que llegan no se pueden equivocar…

Claro, es una tremenda presión. Por eso te decía al principio que prefiero no prestarle tanta atención al hecho de ser la primera mujer chilena en dirigir la Orquesta Filarmónica de Santiago, porque es una presión extra. Algo que los hombres no sienten porque ellos siempre han tenido los espacios. Sería rico que las mujeres también tuviéramos siempre oportunidades.

Cuando le preguntaron a Carmen Gloria Larenas por este hito, dijo que en las artes hay ámbitos en donde las mujeres han sido respaldadas por su calidad y trayectoria, pero en general no ha sido así en la creación musical para orquesta y en materia de dirección orquestal. ¿A qué crees que se debe?

La creación musical siempre ha existido, tanto de hombres como mujeres. El problema ha sido la visibilidad en el caso de las mujeres. De nuevo, si no te dan una oportunidad, ¿cómo la gente te va a conocer? Lo mismo que las escritoras, hay miles, pero las llegamos a conocer en el momento en que una editorial se interesa en ellas, pasa lo mismo acá.

Bueno, está la idea de que en la mayor parte de la historia, “anónimo” era en realidad una mujer…

Exacto, es lo mismo. Quizás en el siglo XVIII y XIX las mujeres se escondían en los seudónimos en la música. Estaba pensando en un compositor muy famoso que es Felix Mendelssohn. Su hermana, Fanny Mendelssohn también era compositora, y recuerdo haber leído que ella a veces hacía pasar sus obras como de él, no sé si es verdad, pero me imagino que pudo haber sido así, totalmente. Lo pudo haber hecho para escuchar su música. Yo lo hubiese hecho, para escuchar mi obra con una orquesta. Es triste, pero sí, seguro que mujeres en el anonimato escribían. Pero por suerte los tiempos ya no son así.

Una de las razones porque no son así, es que hay un movimiento feminista que se ha encargado de dar voz a las mujeres y combatir las desigualdades que vivimos. ¿Qué piensas de ese movimiento? ¿Te consideras feminista?

No me considero feminista, pero estoy totalmente de acuerdo con el movimiento. Por supuesto, es necesario. Es que a mí me pasa, con cualquier movimiento social, que me cuesta adherir a algo que tiene un nombre; no me gustan las etiquetas. Pero lo apoyo, es importante y necesario, y me saco el sombrero con las mujeres que están en la calle o en cada uno de sus ámbitos luchando porque otras mujeres tengamos una voz.

En el caso de tu maestra, lo que ella hace es una “acción feminista”, porque abre espacios a otras mujeres. Y quizás ese es también tu aporte al movimiento, abrir espacios a otras mujeres.

Totalmente. Es que si me preguntas, sí, seguro que soy feminista en ese sentido. Por supuesto, totalmente.

Hace unos días fue tu estreno como Directora de la Orquesta Filarmónica de Santiago, un hito como ya hablamos. ¿Crees que las niñas o jóvenes que fueron al Teatro esas noches salieron de ahí sintiendo que son capaces de dirigir una orquesta?

Me encantaría pensar que sí. Ser un ejemplo de que sí se puede. Hay un proceso, un trabajo, un estudio, y yo he invertido en eso. Eso es esencial en mi formación musical, es lo que respalda tu autoridad musical. Esto es lo más importante, a propósito de la oportunidad que ya hablamos. Cuando llega, lo más importante es que estés lo más preparada posible, si no lo estás, la orquesta lo percibe. Y bueno, ser una misma, saber que si te equivocas no pasa nada. Y hacerlo con amor, inspirar a mi orquesta y que el público lo reciba así.

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