Alimentación libre de papilla

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El Baby led-weaning (BLW) o alimentación libre de papillas es, en pocas palabras, dejar que los niños de alrededor de seis meses –que es cuando empiezan a mostrar un fuerte interés en la comida- coman con sus propias manos y sin cuchara alimentos que no presenten riesgo de atoro y que se deshaga fácilmente en la boca y en las manos, dejando fuera el puré y las papillas. Esta tendencia, que fue promulgada hace algunos años por la matrona y visitadora social Gill Rapley, es una manera de empezar con la alimentación complementaria recomendada por la OMS en conjunto con la lactancia materna y dice tener efectos muy positivos ya que los niños comenzarán a regular solos su ingesta. Además, niños alimentados con esta técnica han demostrado aceptar mejor todo tipo de alimentos y sabores, en contraposición con la comida echa papilla donde muchos sabores se disfrazan o se esconden en otros.

Esta técnica resulta muy cómoda para muchos, pero a otros los pone nerviosos ya que no pueden medir cuánto come realmente el bebé porque inevitablemente mucha comida queda repartida en el suelo, en las manos, en la cara y en su pelo. Por eso mismo tal vez una buena opción es mezclar ambas técnicas: alimentarlos con las primeras papillas y con cuchara mientras les presentamos diferentes alimentos que puedan tomar con sus manos y llevárselos a la boca.

Como todo nuevo proceso, toma tiempo y adaptación. Y en la etapa de introducción de comida las primeras cucharadas de papilla que un bebé recibe generalmente son difíciles porque muchos aún tienen presente el reflejo de protrusión lingual que empuja la comida hacia fuera para poder tragar, y que comienza a desaparecer alrededor de los seis meses. También las cantidades de comida que un bebé de cinco o seis meses come son pequeñas, por lo que no hay que frustrase si no se acaba el plato que habíamos preparado. Y es importante no olvidar que durante estos meses la combinación comida y lactancia o leche de reemplazo es aún fundamental para el buen desarrollo.

Para implementar el BLW es importante que haya desaparecido el reflejo de protrusión lingual, que el bebé pueda sentarse por sí solo y mantenerse sentado sin ayuda. Además, debe poder agarrar comida con sus manos y así podremos ofrecerles comida en pedazos pequeños y blanditos, que no presenten riesgo de atoro. Luego, esta técnica recomienda dejar que los bebés tengan el control de lo que se llevan a la boca y que no seamos nosotros quienes les demos estos pedacitos con cuchara. Dejar que ellos lleven el control del proceso. Esto no significa dejarlos sin supervisión, por el contrario, ellos van explorando y guiándose en este nuevo mundo que se les abre, pero los padres debemos acompañarlos y supervisar este proceso. El bebé controla y muele con sus manos las porciones y nosotros debemos ir observando cómo lo va haciendo.

Una de las preocupaciones comunes en las familias que implementan BLW es si sus bebés están consumiendo la cantidad adecuada de nutrientes, pero esto tendrá relación con lo que les estamos ofreciendo. Debemos asegurarnos de cocinarles una gran gama de alimentos en los formatos aptos para esta edad, que puede ser palta madura cortada en cubitos, manzanas cocidas en pedacitos, pedazos de plátanos aplastados con el dedo, y brócoli, coliflor y zapallo papas bien cocidos. Más adelante, cuando ya tengan alrededor de ocho meses y con la recomendación del pediatra, comenzar a introducir proteínas. Y alrededor del año, los lácteos.

Recordemos que para ir desarrollando una relación sana con la comida siempre debemos tratar de proporcionar un ambiente grato y positivo alrededor del proceso. No debemos dejar que esto sea estresante, con llantos ni con obligaciones de comer a la fuerza.

Si BLW es algo que te hace sentido -tal como a su creadora, que cuando tuvo a su primera guagua no quiso triturar la comida, congelarla en cubitos y dársela a cucharadas-, puedes introducirte en este mundo y encontrar muchísima información de tips y recetas para llevarlo a cabo correctamente. Solo poner atención a la fuente de la que estás sacando información y siempre tener en mente que en criar solo vale lo que es mejor para el bebé y sus cuidadores, madre o padre. Porque lo que le puede resultar a una persona, puede ser un desastre para otra. No hay una forma mejor o más correcta.

María José Buttazzoni es educadora de párvulos y directora del jardín infantil Ombú. Además, es co-autora del libro "Niños, a comer", junto a la cocinera Sol Fliman, y co-fundadora de Soki, una plataforma que desarrolla cajas de juegos diseñadas para fortalecer el aprendizaje y la conexión emocional entre niños y adultos.

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