Clubes de lectura: “Conversar un libro siempre es una experiencia”

Un libro es más que una historia. Y hablar de ellos es transformarlos, dotarlos de significado y análisis que muchas veces ni el propio autor o autora imaginaron mientras lo escribían. Porque al comentar un libro lo hacemos desde la propia experiencia. No es casualidad entonces que los clubes de lectura se hayan transformado en un verdadero espacio de catarsis, especialmente este año.




Los clubes de lectura son como el nuevo Tinder”, comenta la ingeniera civil, María José Parra, que recientemente se sumó a uno motivada por juntarse con más gente a compartir las emociones que le surgían en torno a la lectura. “Fui descubriendo nuevos intereses como la poesía, pero además me conecté con la lectura en general. Aprendí a disfrutarla y me gustó tener la posibilidad de hablar de lo que leía con más gente”, dice.

Gerardo Jara creó el Club de Lectura Sentimentales y además es librero en Catalonia, donde además codirige el Club de Lectura Narrativa Contemporánea junto a María José Navia, y al Club de Lectura de Poesía con James Staig. También dirige otro club de Poesía con Qué Leo de Quillota. “Los clubes de lectura hacen que la lectura se amplíe y se complemente cuando es conversada. La mayoría de las veces resulta muy provechoso tener otra mirada sobre lo que se leyó, porque así el libro se expande, por decirlo de alguna forma”, algo que según cuenta este año de pandemia y cuarentenas se ha expandido, ya que las personas buscan más que antes tener una relación con el otro y generar conversaciones en torno a un buen libro es una gran forma de conseguir esa conexión.

Y son precisamente esas conversaciones las que logran que lo que se escribió en páginas se transforme en diálogo y en compartir experiencias personales. “Como es algo que siempre se termina dando, me interesa hacer una especie de análisis sobre cómo el escritor forma este espacio sentimental. Me preocupa más que se converse cómo pasan las cosas que las cosas que pasan”, explica.

Para hacerlo, la metodología es más o menos la siguiente: En una primera instancia se habla sobre cómo el o la escritora conjuga un ambiente sentimental. “Y al hablar de sentimientos es inevitable que las personas abracen sus experiencias o la forma en que vivieron esas experiencias. Eso es interesante, porque por un lado se comprueba que los libros no solo narran algo, sino que tienen una técnica al hacerlo, pero además cuando las conversaciones se vuelven personales, las personas conjugan su punto de vista, miran la experiencia más allá de contarla y son capaces de entender las situaciones desde otro lugar o de otra forma”.

Debido a la pandemia, los talleres y clubes se realizan de forma virtual, pero aún así se logra crear un espacio de expresión fraterno y de relajo, que a juicio de Jara es el gran valor agregado de estas iniciativas: “Acá las personas se juntan a conversar de temas que no son la pandemia o la política, aunque a veces también hablamos de eso, pero todo en un ambiente seguro. Por eso a la gente le gusta, porque es un espacio cuidado. No quiero decir que es un refugio, pero sí un mini oasis entre todo lo que ha ocurrido y un lugar de encuentro con otro, aunque sea virtual”.

“Es como una catarsis”, dicen algunos sobre los talleres y clubes de lectura. Y según la psicóloga de Nueva Clínica Cordillera, Patricia Canales, este es un concepto muy adecuado para describir lo que pasa en estas reuniones. “En la medida en que un grupo de personas se reúne y convoca en torno a un texto con un tema específico, éste da pie para opinar, compartir ideas y experiencias. Permite darse cuenta que no solo al sujeto le ocurren ciertas situaciones muchas veces complejas, sino que también se reconocen emociones propias, se asimilan, aceptan y comparten, lo que permite bajar los niveles de aprehensión y ansiedad en quienes participan de estos encuentros”, dice la especialista.

Según ella, compartir sobre un tema tomando en cuenta las propias experiencias ayuda a tener un mejor conocimiento sobre lo que nos está pasando. “Por otro lado, siempre se recomienda acercarse a los miedos para así superarlos. Todo lo que podemos sentir es válido, no obstante, al momento de realizar una catarsis se permite la liberación y el equilibrio”.

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