Cómo armar un desayuno perfecto para empezar bien el día

Hay quienes aseguran que el desayuno es la comida más importante del día, mientras que otros argumentan que incluso si no lo fuera, es su favorita. Pero más allá de lo rico o entretenido que puede ser, debiera seguir ciertos parámetros para que sea capaz de entregarle al organismo la energía que necesita para empezar la jornada.




Durante las mañanas, tras haber dormido por varias horas, el cuerpo se encuentra en un estado metabólico denominado ayuno nocturno. Después de ese largo periodo sin comer, los niveles de glucosa están bajos y el organismo empieza a usar sus reservas de grasa para cumplir con sus funciones vitales. Y es entonces que el desayuno, la comida favorita de varios y varias, juega un rol fundamental.

La nutricionista española Raquel Bernácer, describe en su libro Aprende a desayunar, que en la actualidad las despensas están invadidas por una serie de alimentos, especialmente diseñados para el desayuno, pero que en su mayoría son poco saludables: galletas, bollos, zumos, cereales azucarados, barras... Todos ellos comparten esa característica que hacen tan particulares los alimentos destinados al desayuno: la conveniencia, es decir, son rápidos y fáciles de preparar y consumir. “Sin embargo, hemos hipotecado nuestra salud por esa conveniencia, ya que otra característica que comparten es la elevada cantidad de azúcar y, en muchas ocasiones, grasas insanas y la sal que aporta su consumo habitual”, dice.

Rebeca explica que una de las razones por las que las personas desayunan mal es porque existen ciertas barreras que lo provocan, tales como la falta de apetito por las mañanas, la percepción de que no se dispone de muchas opciones fáciles y saludables, la falta de tiempo y la mala planificación.

Al hablar de un desayuno ideal, la nutricionista propone que éste debiera reunir las siguientes cualidades.

· Ser fácil y rápido de preparar (especialmente en días laborales o en los que se cuenta con menos tiempo)

· Ser rico, no solo en sabor sino que también en nutrientes.

· Lo bastante saciable como para evitar picoteos hasta la hora de almorzar.

· Transportable, en caso de que no se desayune en casa.

El desayuno es un buen momento para introducir alimentos saludables. La nutricionista Fiorella Enrico asegura que aquellos que acostumbran a tomar desayuno, adquieren con mayor facilidad los nutrientes necesarios y la energía para mantener un sistema saludable. Siempre se debiera incorporar proteína, grasas y carbohidratos que tengan una buena cantidad de fibra, ya que producen una mayor saciedad.

Algunos de los alimentos que cumplen con estas premisas son: frutas, hortalizas, frutos secos, pan integral, legumbres cocidas, lácteos y derivados como yogures naturales o quesos poco procesados,: conservas de pescado, entre otros. “Las personas que comen alimentos ultra procesados (con muchos ingredientes), con azúcar, grasas trans, entre otros, estarán menos concentrados en el trabajo y probablemente van a tener que estar “picoteando” durante la mañana. Se ha visto que cuando empiezas con alimentos de poca calidad nutricional, comes más durante el día”, comenta Fiorella.

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