A principios de este mes las autoridades en nuestro país implementaron una nueva restricción como parte de las medidas de aislamiento social: de los permisos que los vecinos de las comunas en cuarentena podían solicitar para salir de sus domicilios –que incluían autorización para hacer compras en el supermercado, farmacias, horas médicas, asistencia a personas de la tercera edad y paseos de mascotas por 30 minutos al día–, ahora solo tendrían la posibilidad de, a través de Internet, solicitar dos salidas a la semana, independiente del motivo. Unos de los principales perjudicados producto de estas nuevas restricciones han sido las mascotas, quienes al no poder salir han visto interrumpidas sus rutinas recreativas, pero también de ejercicio y sociabilización.

Uli Grodecke, entrenadora canina acreditada por la Asociación Internacional de Comporportamiento Animal (IAABC) y directora de la división en español de la organización explica que si bien el estrés es algo normal en los perros, en circunstancias como la cuarentena está alcanzando niveles que no son normales ni sanos. “Los perros expresan su estado emocional a través del lenguaje corporal”, explica Uli. “Lo que más observaremos ahora que no pueden salir son llamados de atención a falta de no hacer las mismas rutinas de siempre”. Y la frustración se manifiesta de formas muy variadas: ladridos, saltos, morder objetos, tratar de llamar nuestra atención llevándonos sus juguetes, perseguirnos constantemente o empujarnos con el hocico para tratar de conseguir una reacción de nuestra parte. “Si ven que no obtienen el resultado deseado, aumenta esta frustración. Por esto es muy importante anticiparse y canalizar estos comportamientos hacia objetos recreativos en los que el perro pueda satisfacer y regular la necesidad física y mental”, agrega la entrenadora.

Para ayudar a nuestros perros a liberar esa energía o las posibles tensiones acumuladas durante la cuarentena, compartimos algunos trucos e ideas para crear juguetes y dinámicas de juego.

Comedores interactivos

Una excelente forma de ayudar a nuestros perros a consumir esa energía acumulada durante el encierro es crearles pequeños desafíos o problemas que ellos puedan resolver sin frustrarse. Y para eso Uli recomienda fabricar comederos interactivos usando diferentes objetos de desecho. “En mi casa todos los materiales de cartón pasan primero por mi perro: cajas, cajas de huevo, los envases de bebida o de comida cuando pedimos algo”, explica la entrenadora. “Los relleno con su desayuno o cena y lo combino con bolas de papel de diario y así recibe todos los días algo diferente”.

¿Cómo hacerlo?

Juntar envases como botellas retornables de plástico y rellenarlas con la porción de pellets correspondiente, usar cajas de cartón rellenas con pelotas de papel de diario y esconder ahí la porción de alimento esparcida o meter la comida dentro de cajas de huevo bandejas para muffins y taparlas con pelotas de papel de diario. Otra alternativa es hacer trenzas con retazos de género o toallas viejas y esconder entre los pliegues o nudos los pellets para el perro.

Uli recomienda usar preferiblemente materiales naturales como algodón, caucho o cartón y supervisar al perro mientras juega para evitar que abandone por frustración o que ingiera algún material que pueda hacerle mal. “Los objetos deben ser variando e ir rotando en el transcurso de la semana”, comenta la entrenadora. “La idea es comenzar con un nivel fácil para evitar que abandone el juguete por frustración e ir aumentando el grado de dificultad sobre la marcha”.

Juguetes de presa y canje

El canje es un intercambio de juguetes mordedores que el perro debe aprender a entregar. Para hacer esta dinámica necesitas dos juguetes parecidos –que a tu perro le resulten igualmente atractivos– y que sean suficientemente largos para que el perro pueda sujetarlos con el hocico y tu puedas tomar un extremo con la mano. Pero si no tienes puedes confeccionar dos trenzas iguales con retazos de algodón.

¿Cómo hacerlo?

Incentiva al perro a tomar uno de los juguetes moviéndolo lejos de él y haciendo sonidos agudos. Uli Grodecke explica que esto funciona “dándole vida” al juguete y atrayendo la atención del perro hacia él. Una vez que lo haya perseguido y lo tenga en la boca, lo felicitas y sueltas el juguete para dejarlo ganar. Luego tomas el otro juguete mordedor y repites el primer paso para darle vida a ese segundo objeto. Cuando lo persiga y lo tome en su boca, dile que lo hace muy bien y le sueltas el objeto. Mientras tu perro juega con él, recoges el juguete que abandonó.

Uli explica que si el perro no deja caer el otro juguete y viene hacia ti, mueve tu mordedor hasta que tu perro suelte su propio juguete y solo entonces lo felicitas y le dejas ganarse el nuevo juguete. “No trates de quitarle el juguete que tiene en la boca si no ha aprendido a soltarlo voluntariamente”, comenta. Ese es el mecanismo para enseñarles el canje de un juguete por otro y que permitirá luego implementar otras dinámicas y juegos más complejos como el tira y afloje.

Circuitos

Uli recomienda los circuitos de propiocepción (el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos, es la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas) como una buena alternativa para cualquier perro, pero sobre todo para cachorros. Esto porque la estimulación sensorial es una herramienta que permite habituar a los perros más jóvenes a diferentes objetos –muy importante si estamos criando a un cachorro en cuarentena con posibilidades limitadas de sociabilización– pero, además, porque mejora la conciencia del perro de sus cuatro patas.

¿Cómo hacerlo?

La entrenadora recomienda crear un circuito usando todo lo que haya disponible en la casa. Desde alfombras, pisos de goma del auto (si tienen 2 lados con texturas diferentes aprovechar ambas), láminas de goma eva, rollos de plástico o empaque de burbujas, planchas de madera, palos de escoba. La idea es crear una especie de pista de obstáculos o recorrido para el perro usando elementos que sean diferentes entre sí.

Luego se esparce una porción de comida entre los objetos y se anima al perro a investigar los distintos espacios. La idea es que pueda explorar cada una de las fases del circuito y que sean objetos a los que realmente pueda acceder o trepar. “No presiones a tu perro si no se atreve”, explica Uli. “Solo acompáñalo y si no se atreve, construye un circuito más fácil y guíalo un obstáculo a la vez”. La entrenadora agrega que es importante supervisar las actividades y acompañar a las mascotas para evitar cualquier tipo de accidente.

La clave es la paciencia

Uli Grodecke explica que en todas estas dinámicas es importante siempre mantener la calma y ser pacientes con nuestras mascotas. “Hay que empezar lentamente y pasarlo bien con el perro porque estos juegos al ser sociales requieren de confianza y esa se va creando de a poco”, explica la entrenadora. “Primero podemos jugar sin presión al canje u otros juegos de presa sin pelear las presas con el perro para que el nivel de estrés que se podría producir en un juego muy rudo se mantenga nivelado”. E incluso para los juegos que no requieren de una interacción tan directa como los circuitos o el esconder alimentos para que el perro los encuentre. Uli recomienda tener paciencia y partir con dinámicas sencillas. “Podemos empezar tirándoles un premio que esté a la vista y después empezar a esconderlos para que los busquen”. Las dificultades deben ser progresivas para no generar más angustia o ansiedad en nuestras mascotas que ya han visto sus rutinas muy alteradas durante la cuarentena.