Cómo la pandemia podría cambiar el sentido de las fiestas de fin de año




Aunque sabemos que las fiestas de fin de año deberían ser principalmente para estar con las personas que queremos, con nuestros familiares y amigos cercanos, muchas veces ese sentido se ve trastocado por ir a una buena fiesta o comprar y recibir los mejores regalos.

Pero este año ha sido diferente. La pandemia, que significó que por semanas e incluso meses estuviéramos separados de nuestros seres queridos, probablemente a muchos nos remeció y nos hizo darnos cuenta de que más que regalos y fiestas, lo que queremos es volver a abrazarnos y celebrar juntos. Serán fiestas más acotadas y, posiblemente, más austeras, pero no por eso tienen que ser menos significativas.

Las fiestas también son una instancia que, aunque en su base son felices, tienden a exacerbar sentimientos como la ansiedad y la soledad. Desde la Clínica Mayo advierten que esta temporada la pandemia y el nivel de contagio presente en la comunidad podrían sumar estrés y ansiedad a unos días que ya en contextos normales son estresantes. En ese contexto Emiliana Simon-Thomas -directora de Ciencias del centro Greater Good de la Universidad de Berkley y doctora en Psicología- entregó algunos consejos para darle a estas fechas un sentido profundo sin que nos dejemos abatir por los sentimientos negativos.

En primer lugar la especialista recomienda poner en práctica la gratitud al interactuar con los demás. Pero de manera más significativa. Esto es no solo decir “gracias” cuando recibimos un servicio o cuando alguien hace algo por nosotros, sino que ser más específicos: “Gracias por ayudarme con esta receta, significa mucho para mÍ porque…”,. Y es que la especialista asegura que al hacerlo cambia la forma en que la gratitud nos beneficia haciéndonos sentir mejor nosotros y a quienes estamos agradeciendo. “Hay una sensación de cercanía que se puedo entregar incluso a través de una video conferencia, una carta o por teléfono”, asegura.

Simon-Thomas también hace un llamado a poner en práctica la resiliencia y para esto recomienda respirar de manera consciente cada vez que sintamos que la angustia o la ansiedad quiere aparecer en el horizonte. “Poner una mano sobre nuestro propio corazón mientras cerramos los ojos puede ser tan poderoso como sentir el apoyo o la cercanía de un amigo cercano o un familiar”.

Pasar las fiestas sin estar acompañados físicamente por quienes queremos no significa que tengamos que estar emocionalmente apartados. Más allá de la tecnología, existen formas de hacer que los demás participen de nuestras celebraciones, como escribirles una carta a mano o enviarles por correo un regalo hecho por nosotros mismos que simbolice que, aunque estemos lejos, estamos pensando en ellos.

Por otro lado, desde la organización Mental Health America recomiendan aprovechar al máximo estos días, aunque parezca difícil. Según explican, si bien los rituales o actividades a las que estamos acostumbrados probablemente no se podrán repetir, hay otras cosas que sí. Además, podemos inventar tradiciones nuevas como cocinar la cena navideña en familia, inventar juegos a través de plataformas como Zoom o Meet, o hacer la dinámica de Amigo Secreto a distancia.

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