Chilena en Corea: "Aquí te informan la ruta que siguió una persona contagiada"

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"En Corea la cuarentena está siendo solo para las personas que están contagiadas. Las y los demás seguimos circulando libremente, pero con precauciones. Acá la población está acostumbrada a usar mascarillas cuando están resfriados, así que es común, mucho antes de la pandemia, ver a personas con ellas en la calle. En un día cualquiera casi la mitad de la gente con las que te encuentras están usándolas. Actualmente, los que no estamos con el virus las llevamos para entrar a espacios cerrados, como bancos o cajeros automáticos.

Los primeros casos que llegaron a Corea fueron durante la época del Año Nuevo Chino, a finales de enero, porque hubo muchos coreanos que viajaron a China durante esas festividades y necesitaban volver. Todas esas personas pudieron regresar, pero respetando la cuarentena. En mi empresa, por ejemplo, hubo casos de personas que la cumplieron y no ha habido mayores problemas.

Sin embargo, durante ese período, hubo un fin de semana que pasamos de 200 casos a nivel nacional, a más de 800. En ese momento muchas empresas decidieron cerrar los lugares de trabajo y pedirle a la gente que trabajara desde sus casas. Pero eso duró solo un par de días. Mi trabajo, por ejemplo, siguió funcionando igual. Casi todos mis compañeros siguen yendo a trabajar, y yo también. La única diferencia es que limpiamos todo con alcohol gel y tenemos un líquido especial para desinfectar la ropa.

Al inicio del virus, dieron la instrucción de quedarse en las casas. Y la gente realmente dejó de salir. Eso duró unos días, porque como las personas no estaba saliendo para absolutamente nada –en Corea puedes conseguir de todo a través de delivery y pedidos online– las ventas de los servicios y restaurantes bajaron casi a cero. Entonces revirtieron la medida. Acá la mayor propagación ocurrió al inicio y se pudo controlar.

Actualmente la instrucción ha sido que usemos mascarillas más que quedarnos en la casa. Sobre todo para la población de riesgo. Hay muchos carteles en distintas partes de la ciudad con ese mensaje para ancianos y personas con problemas respiratorios. La otra recomendación que da la autoridad es lavarse muy bien las manos y evitar los lugares con aglomeraciones de personas. Por eso mismo han cerrado todas las oficinas públicas de atención, se cancelaron conciertos y cerraron algunos gimnasios. Pero las empresas y negocios privados han seguido funcionando normalmente.

Cuando hay casos de contagio se actúa rápido en ese lugar en particular. Hubo contagio en toda una clase de spinning en el barrio en el que yo vivo. Lo que se hace en esos casos es que te envían una alerta al celular diciendo 'En Yong San Gu hay un caso confirmado'. Te informan cuál fue el recorrido que hizo la persona y te dicen cuáles fueron los lugares en los que estuvo y las tiendas a las que fue, para que uno pueda saber si estuvo en alguno de esos lugares por donde pasó la persona contagiada. Si estuviste ahí, vas al hospital y te haces el test. Si sale positivo quedas en cuarentena. Estas alertas de emergencia te llegan al celular y así, de forma inmediata, todos sabemos a qué atenernos.

La gente se ve cada vez más tranquila y también cada vez más personas salen a las calles. Hay mucha demanda por mascarillas y solo venden dos por persona al día. Hay filas de gente comprando. En los supermercados no hay desabastecimiento porque los coreanos están acostumbrados a comprar de a poco.

El transporte público y los viajes dentro de Corea siguen funcionando normalmente. Pero sí se han tomado medidas para resguardar la seguridad. Todos los días cuando te subes a un tren sientes un fuerte olor a desinfectante. Así ahora huele, en realidad, toda la ciudad".

Carolina Gahona (29) es profesora de inglés

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