Estancamiento en pandemia: No estás congelada, estás agarrando vuelo




En el contexto de la pandemia, muchas personas perdieron sus trabajos o vieron sus sueldos disminuidos, especialmente durante el año pasado. Sin ir más lejos, según información del Instituto Nacional de Estadísticas, durante el primer trimestre del 2021 la tasa de desocupación en Chile llegó al 10,4%, incrementando 2,2 puntos porcentuales respecto al trimestre anterior. Esta realidad llevó a que quienes mantenían su situación laboral y financiera, hicieran una pausa en sus planes y anhelos, porque el mundo no estaba como para jugársela con cambios drásticos. Pero eso también hizo que algunos comenzaran a sentirse estancados. Sí, tenían seguridad laboral y financiera, pero ¿a qué costo?

“El estancamiento en sí mismo no constituye un menoscabo a nuestra salud mental, pero el impacto emocional que significa sí podría serlo. Y para eso, es relevante observar cómo hemos aprendido a enfrentar la vida”, recomienda la psicóloga hospitalaria de la Unidad de Salud Emocional de Clínica INDISA, Patricia González, y añade: “Para algunas personas, dicho estancamiento puede ser vivido como una suspensión en su proceso y dedicarse a otras actividades. Para otras, puede ser experimentado como una inmovilización que frustra, molesta y sobrepasa”. Tiene que ver con cómo decidimos enfrentarlo, con nuestra propia historia y recursos personales, lo que podría marcar la diferencia. “Ahí es donde nuestra educación emocional y responsabilidad personal son aliados de nuestro bienestar emocional, y por ende de nuestra salud mental. Una vez más, cobra relevancia el no normalizar el malestar; tener capacidad de identificar que esto que nos afecta nos pone en posición de cuidarnos y ser cuidados”.

“El cambio es la única constante en nuestra existencia, y la pandemia ha venido a constatarlo”, dice la especialista en salud mental, y agrega: “Todo está viniendo y todo está partiendo. La vida y la muerte, la salud y la enfermedad, el trabajo y la cesantía, las alegrías y las penas. Bajo esta perspectiva, el cambio es normal, siempre estamos listos par los cambios, pues siempre estamos cambiando. La cuestión es si estamos dispuestos a soltar la idea de la certidumbre y dejarnos sorprender por el no saber, como fuente inagotable de posibilidades”.

Aún así, aunque el cambio parezca inevitable por naturaleza, muchas personas temen ser proactivos respecto a estos cambios, manteniéndose en comodidades que, inevitablemente, no los dejan crecer ni desarrollarse acorde a todas sus posibilidades. Pero la especialista hace un llamado a tomar la pandemia como una oportunidad, más allá de las dificultades que representa. “Día a día nos encontramos a nosotros mismos en nuestro entorno, y de ello vamos tomando decisiones y construyendo nuestra historia”, dice, y agrega: “Lo que la pandemia nos ha devuelto, es la posibilidad de vernos vulnerables, frágiles, humanos. Estamos volviendo a sentir, parar y recapacitar; es un retorno a la reflexión como cualidad de hacernos preguntas, darnos cuenta de lo que queremos y escoger”.

Es por esto que, más allá de encontrar en la situación actual excusas para no movernos, lo que tendríamos que estar haciendo es buscar en nosotras y nosotros mismos qué es lo que queremos hacer. Quizás no ahora mismo, pero sí planificar el futuro cercano. Porque también es muy real que la pandemia trajo con ella perspectiva, una noción renovada de qué es lo que realmente nos importa y qué es lo que queremos priorizar en nuestras vidas. Entonces, aunque sí, nos hayamos congelado en el tiempo durante algunos meses, debemos buscar motivos para salir del estancamiento y avanzar hacia cosas mejores. Quizás por motivos personales no es una buena idea cambiar hoy de rubro, pero sí lo puede ser tomar cursos, buscar apoyo, generar ideas para que, cuando todo se estabilice, estemos preparados.

También planificar, pero de forma concreta, es una buena alternativa para superar esta sensación de estancamiento. ¿Quisieras viajar? No es suficiente hacer un tablero de Pinterest con fotos del destino en mente, tienes que pensar cuánto dinero necesitarás para ir y cómo lo conseguirás, si tendrás una estrategia de ahorro, en qué lugares te vas a quedar y qué papeles necesitas, por ejemplo. Lo mismo si te quieres cambiar de trabajo: Actualiza el currículum, pensar en dónde te gustaría trabajar y qué necesitas para postular a esos cargos. En el fondo, trabajar para que en este contexto no te sientas congelada, sino que tomando vuelvo para partir.

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