“Invité a mi mamá de 64 años a Tinder, y le cambió la vida”

Este mes se cumplen #10AñosDeTinder. Les pedimos a nuestras lectoras que nos compartan sus experiencias en esta aplicación de citas para –a través de sus historias– dar cuenta de cómo Tinder y otras aplicaciones han cambiado nuestra forma de vincularnos. Durante este mes compartiremos algunas de sus historias. Aquí una de ellas.




“Desde el 2018 he ocupado la App de Tinder. Si analizo estos años, puedo decir que mi experiencia ha sido buena: ha habido encuentros exprés que no pasaron de una cita, otros en los que deseaba más encuentros, pero no fluyó. Y es que las expectativas que uno lleva al conocer a una nueva persona y el ideal que tenemos de “buen” hombre, a veces nos juega en contra. Pero también en este proceso han salido mis últimas dos relaciones de pololeo, las cuales disfruté, y en las que existió mucho cariño. Por lo mismo quise motivar a mi madre que a sus 64 años se divorció de mi padre, a que entrara a Tinder.

Mis padres estuvieron más de 30 años juntos y su relación se fue desgastando con los años. Viví en la misma casa con ellos este proceso y fui testigo de cómo la convivencia fue empeorando hasta que llegó el momento en que tuvieron que separarse. Una decisión que tomó mi papá y que mi mamá, a su edad, resintió mucho. Ella tuvo el temor de no poder rearmarse, no tenía un trabajo y pensaba que se quedaría sola. Estuvo muy mal desde el punto de vista anímico.

Al poco tiempo de que mi papá se fue de la casa, llegó la pandemia. Eso nos hizo pasar más tiempo juntas. Siempre he tenido mucha confianza con ella, así que en medio del encierro le empecé a contar sobre mis aventuras en Tinder. Recuerdo que estábamos las dos en la pieza cuando le estaba contando sobre una de estas historias y se me ocurrió decirle que lo probara. Me miró y se rió. Pensó que era una broma. Pero yo le insistí. Le mostré cómo se accedía y le dije que tenía que elegir sus mejores fotos. Ella seguía pensando que era una broma, se moría de la vergüenza. Le dije que no necesariamente sería para encontrar una pareja, que allí podría conocer gente, tener amigos, salir un rato. Después de eso, vi en su mirada algo de interés por entrar, así que insistí. Revisamos sus fotos, elegimos algunas, filtramos la edad y le dije: ‘si te gusta alguien deslizas hacia este lado, si no, lo pasas’.

Y así entró. Un día en un almuerzo, comencé a hablarle de los cuidados que debía tener. Le dije que si se juntaba con alguien, lo tenía que hacer en un lugar público y que nunca tenía que dar su dirección a la primera, por si se encontraba con un psicópata. Me empezó a mirar con cara de culpa. Fue así como descubrí que ya se había juntado con un señor. Nos reímos. Y le reforcé la idea de que tenía que ser cuidadosa pero sin alarmarse. Lo hice porque es mi mamá y la veía como una mujer que estaba saliendo al mundo después de muchos años dentro de su casa.

Así vino un segundo, tercer, y quizás cuántos más encuentros. Lo que sé es que hoy tiene varios amigos. Con algunos solo chatea, pero hay otros con los que ha justado. Con uno de ellos, se ve regularmente, él la invita a reuniones con otras personas mayores, a tomarse un cafecito o un traguito por ahí. Ha mantenido el vínculo con estas personas y eso la ha revitalizado. De hecho ahora entró a clases de natación en un club cerca de la casa. La veo que se preocupa mucho más de ella, de estar bonita, de arreglarse. Y eso me encanta y también me tranquiliza, porque en algún momento yo me iré de la casa y ella quedará sola.

A un año de haberla invitado a Tinder, me siento feliz con esta decisión. Es que ya era suficiente tiempo preocupada de sus hijos y de su esposo, ya era hora de que se preocupara también de ella. Y así ha sido. Luego de muchos años en que la relación con mi padre estaba estancada, ella pudo tener la oportunidad de conocer a personas, y la verdad, la veo feliz. Esa luz que el divorcio le quitó, Tinder se la devolvió. Obviamente no solo esa App, también fue su fuerza la que hizo que, paso a paso, se rearmara cómo mujer desde muchos aspectos. Sin embargo fue esta App, la que le dio chispa a sus días”.

Soraya tiene 33 años.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.