Limpiezas faciales, más que un trámite estético

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Aunque en general las limpiezas de cutis son vistas como un lujo que algunas mujeres se dan periódicamente y otras un par de veces al año, lo cierto es que para muchas esta rutina se relaciona a temas absolutamente sanitarios, como en el caso de las pieles con tendencia al acné, donde la higiene es fundamental. Según la dermatóloga Susana Ruiz-Tagle, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes, "las limpiezas faciales profesionales son un tratamiento coadyuvante -que ayuda a la solución del problema- muy importante para el dermatólogo, en especial en mujeres u hombres que sufren cualquier tipo de acné o las consecuencias de una piel seborreica o grasa".

Para saber qué pasos y procedimientos se deben hacer, el diagnóstico inicial es fundamental, ya que la piel es un órgano vivo y cambia constantemente. Por eso, cada sesión de limpieza debería tener ajustes basados en cambios hormonales, climáticos, de alimentación, estrés, entre otros. Y aunque hay varias opciones, en la mayoría de los casos suelen ser tratamientos nutritivos, reafirmantes, hidratantes y reguladores del sebo o de la sensibilidad. Pero, a pesar de los distintos objetivos, la limpieza de cutis adecuada tiene como meta principal mejorar la salud de la piel, lo que tiene como consecuencia un mejor aspecto.

Una limpieza de cutis puede ser beneficiosa para todo tipo de piel. Según la dermatóloga de la Clínica Indisa, Claudia Moreno: "Todas las personas pueden recibir una limpieza facial. Sin embargo, las pieles sensibles pueden sufrir irritación con algunos productos químicos o la extracción manual de puntos negros, por lo que hay que evaluar caso a caso, pero si es así se realizar una limpieza suave y superficial". De hecho, la cosmetóloga María Cecilia Richer lo corrobora: "Actualmente existen productos de cosmética profesional muy sofisticados que permiten incluso realizarlas en pieles extremadamente sensibles".

Según la cosmetóloga Bernardita Cheyre, a grandes rasgos, las limpiezas o correcciones cosméticas se pueden dividir en dos tipos: "Primero está la básica, que es la limpieza propiamente tal, donde la piel se higieniza, exfolia. Ahí se utiliza un ablandador de piel, se desincrusta, desinfecta, se realiza un masaje de drenaje linfático y se aplica una máscara. Para terminar se sella con un serum y crema de día". Y sigue: "La otra alternativa es la corrección cosmética específica, cuyo objetivo, en la mayoría de los casos, es nutrir aplicando diferentes productos según la necesidades de cada piel". Lo habitual –e ideal- es hacer ambas.

Además de la higiene y las mejoras en el aspecto, las limpiezas faciales tienen efectos emocionales. No solamente considerando la pausa que implica, en un espacio de silencio y relajo. Bernardita Cheyre afirma que "es un regalo donde puedes reconectarte, reencontrarte, descansar la mente, el cuerpo y recibir beneficios que ayudan a sentirse mejor con uno o una misma. Por eso mi lema siempre ha sido 'belleza es bienetar'. Y es que mientras nos hacemos la limpieza nos permitirnos hacer un alto, respirar y descansar".

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